Seis propuestas de cicloturismo en plena naturaleza

Aquí tienes algunas propuestas para disfrutar de nuestro tiempo libre en plena naturaleza, tanto si eres amante de los pedales, como estás pensando en subirte a las dos ruedas por primera vez. De paso, fomentas la economía local y el turismo sostenible

Estamos ante un momento singular, como nunca antes conocimos, que pondrá a prueba la capacidad inventiva. Las vacaciones en ambientes concurridos quedarán sustituidas por la búsqueda de escenarios tranquilos, que bien puede darse en la intimidad del hogar, o en el abrazo de la naturaleza. Con independencia de que optemos por la costa o por la montaña, en ambas encontraremos nuevos caminos por los que transitar. La movilidad se enfrenta, una vez más, a un desafío de futuro, que le está obligando a evolucionar de manera inesperada, y ojalá sea en la dirección adecuada. Basta de cargar los coches, desplegar los mapas y poner rumbo a los confines del mundo; es momento de preparar la mochila, mirar a nuestro alrededor y adentrarnos en él de manera respetuosa.

¿Qué tal volverse hacia el cicloturismo? Una práctica recreativa, que lleva décadas entre nosotros, pero a la que no le estábamos prestando la suficiente atención. Adecuada tanto para los amantes de las dos ruedas, como para aquellos que estén dispuestos a vivir el flechazo, porque en esto de darse al pedaleo también hay una parte emocional. Se puede viajar en bicicleta por los paisajes más sorprendentes, combinando la actividad física con el descubrimiento cultural, sin una gran exigencia física. En rutas de una jornada o de varias etapas, que oscilan entre los 50 y los 150 kilómetros por día, y transitan por terrenos planos o escarpados, al gusto del aventurero. Además, el plan se puede trazar a medida, incluyendo desde la vertiente gastronómica, hasta las actividades infantiles.

Son muchas las empresas que se encargan de diseñar rutas por toda España, adaptadas a las necesidades del interesado, y que además se responsabilizan de los trámites. Luego hay guías que dirigen grupos organizados, o se ponen a disposición del particular, para viajar con todas las garantías. Aquellos que prefieran montarse el plan por su cuenta, siempre podrán recurrir a los consejos de otros ciclistas avezados, basados en su propia experiencia y convenientemente recopilados, no solo en Internet, sino en formatos mucho más fidedignos. Calma; ahora os derivamos a ellos. Hablamos con algunos de estos perfiles para ofrecerte hasta seis alternativas de rutas cicloturísticas, que bien podrán salvar la temporada estival del Covid, o convencerte del veraneo a pedales para siempre.


Iván González: las maletas te esperan en el hotel

En Kolotrip suelen repartir el trabajo de abril a octubre, pero este año, por la peculiaridad del Covid, están viviendo una gran concentración en los meses de verano. «Ha habido un repunte del turismo nacional y de naturaleza», explica su CEO, Iván González. Hace dos años que creó esta plataforma para la reserva de viajes en bicicleta, ahora apoyada por Lanzadera, en la Marina de València. En ella se proponen distintas rutas por España para parejas, grupos de amigos y familias, enfocadas al turismo rural y de naturaleza. “No importa el nivel de manejo de la bici ni lo preparado físicamente que esté el viajero, ya que la mayoría de itinerarios se pueden adaptar a sus necesidades», explica el portavoz.

Pues eso, solo hay que pedalear, ya que la labor de Kolotrip incluye asesoramiento antes, durante y después del viaje, con asistencia telefónica 24/7 para dar solución a las posibles incidencias. También establecen acuerdos con colaboradores, ofreciendo las bicicletas para alquilar, los alojamientos para dormir y muchos otros servicios complementarios. «Las maletas te las llevamos de hotel en hotel a lo largo de la ruta para que puedas recorrer el camino sin tener que cargar con ellas”, pone como ejemplo González. Tienes dos posibilidades: apostar por los viajes individuales en cualquier fecha del año, u optar por los viajes guiados y grupales (para un máximo de 8 personas) que van programando.

«La gente nos está pidiendo tranquilidad, rutas de interior, que no son las habituales», nos revela. Ellos entregan el dossier técnico y las sugerencias culturales para divertirse por la zona. A continuación, dos de las propuestas más demandadas para este verano:

La Valencia desconocida

  • ¿Dónde? Alicante y Valencia
  • Nivel de dificultad: Bajo
  • Jornadas: 6 etapas, 7 noches
  • Distancia: 230 kilómetros
  • Perfecto para… Iniciarse en el cicloturismo y apreciar la riqueza mediterránea
  • «Es una opción muy completa por el interior de la Comunidad Valenciana. Desde Biar (Alicante) hasta la ciudad de València, se pasa por pueblos históricos como Bocairent o Xátiva, a través de Vías Verdes, parques naturales y caminos rurales, que permiten pedalear despacio y disfrutar del entorno. También resulta muy variado a nivel paisajístico, ya que el recorrido alterna algunos tramos de costa con otros de montaña, y está repleto de árboles frutales y plantaciones muy diversas. Viñedos, manzanos, higueras, ciruelos, naranjos y arrozales contribuyen a hacer singular el viaje, plagado de olores. Una alternativa válida para todos los niveles, ya que transcurre sobre todo en llano, y además se puede plantear en bicicleta eléctrica para mayor comodidad».

La ruta de los contrabandistas

  • ¿Dónde? Besalú (Girona)
  • Nivel de dificultad: Alto
  • Jornadas: 6 etapas, 7 noches
  • Distancia: 330 kilómetros (000 metros +)
  • Perfecto para… Amantes de la aventura, ya entrenados en el ciclismo de montaña
  • «Es una opción dura, basada en la bicicleta de montaña (puro MTB), por el prePirineo catalán. El nombre se debe a las historias en torno a estas montañas salvajes, por donde se sabe que pasaron los contrabandistas y forajidos durante muchos añ Es un recorrido muy especial, que permite disfrutar de vistas panorámicas a las cumbres, a través de senderos y valles característicos de la zona. Sin embargo, es cierto que consta de subidas exigentes, terrenos variados y algunos tramos técnicos, que no son aptos para principiantes. A pesar de que las bicicletas eléctricas ayudan en las subidas, en ciertas partes es imprescindible poner los pies en tierra, por lo que solamente se recomienda a los amantes de la naturaleza y el ciclismo de montaña».

Sergio Fernández: el hombre que cruzó el mundo en bicicleta

Desde que era un chaval, Sergio Fernández ha sentido debilidad por las alforjas, las dos ruedas y los libros de viaje. Y así es como todas sus pasiones han acabado deviniendo en un estilo de vida. Es periodista, es ciclista y ha viajado desde los glaciares de la Patagonia hasta los desiertos de Australia, valiéndose esencialmente de la fuerza de sus piernas, «aunque de un tiempo a esta parte, he redescubierto el placer de perderme en parajes igual de bellos, que no requieren ir tan lejos», asegura. Si hay alguien indicado para hablarnos sobre rutas en bicicleta, es él, también autor de Con un par de ruedas. Y así lo hace en su último libro, España en bicicleta: 101 rutas ciclistas imprescindibles, editado por Geoplaneta, donde reúne itinerarios por toda España, desde el Delta del Ebro a la costa mediterránea, adaptándose a todos los niveles y con sugerencias recreativas.

No podría llegar en mejor momento. «Es un buen momento para practicar cicloturismo si se adoptan las medidas de seguridad oportunas», opina. De hecho, Fernández es un gran defensor de los viajes en solitario, o como mucho dos o tres personas, por aquello de ganar en libertad y aventura. «No se trata tanto de desplazase como de tomar consciencia sobre lo que nos rodea. Un día hablas con un agricultor o un panadero, otro llegas a un pueblo que conocías, y al final no solo estás ejercitando el cuerpo, sino también la mente», describe. Sus tres consejos: no abarcar muchísima distancia, apagar el teléfono móvil y activar «el botón de la curiosidad». «A veces tendemos a pedalear, dejamos la mente en blanco y fluimos por el paisaje, pero es bueno hacer un esfuerzo por integrarse», defiende.

En las primeras páginas de su libro, hay una breve guía con consejos útiles, como cuál es el vehículo ideal o el equipaje mínimo. «Con una bici de tu talla, si está en buen estado mecánico, ya puedes hacer muchas rutas. Y en cuanto al equipaje, cinco kilos máximo, teniendo en cuenta que la mochila ya pesa uno», sintetiza. Después le pedimos que elija dos rutas muy distintas, y opta por las siguientes, «aunque siempre invito a la gente a que descubra las suyas propias en la medida de lo posible. Que se pierda, que indague».

El Canal de Castilla por caminos de sirga

  • ¿Dónde? Burgos, Palencia y Valladolid
  • Nivel de dificultad: Bajo
  • Jornadas: 4 etapas, 5 noches
  • Distancia: 298 kilómetros
  • Perfecto para… Familias con niños que busquen un recorrido seguro
  • «Hacer una ruta con niños depende, básicamente, de la paciencia que tengan. Si son pequeños, y van en sillita o con remolque, hay vías verdes muy asequibles. Y si llevan su propia bici, también hay bastantes alternativas, apartadas de los coches, como el Canal de Castilla. Transcurre por caminos de sirga y se hace muy llevadero. Son tres ramales en forma de ‘Y’ invertida: el primer tramo va de Alar del Rey a Palencia; el segundo, de Palencia a Valladolid; y el último, de Palencia a Medina de Rioseco. Una de las ventajas es que, cuando terminas cada tramo, para no tener que volver por el mismo sitio, puedes subir al tren y regresar al punto de partida. La intermovilidad es muy interesante para las familias, pero por si quieren, en el libro planteamos la opción de una unión circular. Una especie de ruta por castillos de la zona para no duplicar».

Ruta inédita de Sobrarbe a Somontano

  • ¿Dónde? Huesca
  • Nivel de dificultad: Medio
  • Jornadas: 3 etapas, 4 noches
  • Distancia: 215 kilómetros (3.300 metros +)
  • Perfecto para… Visitar las villas medievales y disfrutar del vino de la DO Somontano
  • «Entre las 101 rutas del libro, hay 35 que son inéditas, creadas después de 29 años de vivencias. Una de mis preferidas es la que transcurre entre Aínsa y Alquézar, dos pueblos preciosos de Huesca, situados en las comarcas de Sobrarbe y de Somontano respectivamente. La ruta tiene forma de ocho y transcurre a los pies de los Pirineos. Se puede realizar durante todo el año, porque nunca hace demasiado calor y las vías tampoco llegan a cortarse por la nieve. Te mueves por carreteras muy pequeñas y con subidas, pero la pendiente no es muy marcada y puedes hacerla con bicicleta normal; le pones alforjas, y ya. Como evita las grandes carreteras, en todo momento disfrutas de las vistas a las faldas del Pirineo y las villas monumentales, con ermitas de piedra. Además, al llegar a Somontano, impresiona el precioso paisaje vitivinícola y se puede visitar alguna bodega, o disfrutar de los vinos de la DO en algún restaurante».

Eduardo Rivas: el redescubrimiento de lo que está cerca

«El desarrollo de una ruta sencilla, con su parte técnica y lúdica, me lleva entre 9 y 11 meses de trabajo. Cuando la gente viene y me dice que ya conoce l’Albufera, lo que yo respondo es que saben lo mismo que todo el mundo, pero se están perdiendo la parte más bonita», explica Eduardo Rivas, guía de cicloturismo en la Comunidad Valenciana. Alquila bicicletas eléctricas, trabaja por cuenta propia y también ejerce de monitor para otras empresas. Admite que su público es eminentemente extranjero, «así que ya veremos lo que pasa este verano», pero lamenta que los españoles no se decanten más a menudo por esta alternativa de ocio. «Cobro entre 35 y 50 euros al día, incluyendo el alquiler de la bici, el seguro y el servicio guiado. Y todavía hay gente que lo considera mucho», afirma.

En tiempos de Internet, todos creemos saberlo todo, y poco nos importa la experiencia topográfica o meteorológica. O la seguridad mecánica y sanitaria de llevar un guía al lado. Sin embargo, Rivas también se encarga de organizar transfers, alojamientos y dietas. «No sirve con dar cuatro datos. Al final se trata de hilar la experiencia para que la gente la disfrute. Ahí está el verdadero valor del guía», defiende. En encontrar el tramo de carretera por el que pasan menos coches. En aportar, no solo el contenido histórico o botánico, sino el anecdótico. En tener psicología de grupo, y más en estos tiempos que corren. «No llevo conmigo a más de 8 personas, con 10 ya vamos dos guías. Y ahora extremo la seguridad, exigiendo la mascarilla, aunque para la práctica deportiva no sea obligatoria», añade.

Pues bien, veamos qué dos itinerarios tiene pensados para la ocasión. Ambos forman parte de sus clásicos y, aunque difieren en cuanto a duración, aconseja realizarlos en una bicicleta eléctrica. «Esto permite disfrutar a los participantes de todas las edades», sugiere.

Un día atravesando L’Albufera

  • ¿Dónde? Valencia
  • Nivel de dificultad: Bajo
  • Jornadas: 1 etapa
  • Distancia: 30 kilómetros
  • Perfecto para… Personas de todas las edades que quieran redescubrir Valencia
  • «La gente se cree que ya lo sabe todo de l’Albufera, pero se equivoca. Es el Parque Natural con más valor ecológico de Valencia, apenas unos kilómetros al Sur de la ciudad, y un símbolo muy importante de su cultura. Está bien que decidas recorrerlo por tu cuenta, pero un guía de cicloturismo siempre te revelará datos desconocidos, ya seas un turista extranjero o un valenciano que lo ha visitado con anterioridad. Aquí se encuentran especies de fauna en peligro de extinción y cultivos de huerta con gran valor histórico. Lo bueno que tiene este recorrido, más allá del aprendizaje, es que resulta muy sencillo y pueden realizarlo todos los públicos, incluso personas de edad avanzada. Si además coincide con el atardecer, las vistas son impresionantes».

Los secretos de Villena a València

  • ¿Dónde? Alicante y Valencia
  • Nivel de dificultad: Medio
  • Jornadas: 5 etapas, 6 noches
  • Distancia: 185 kilómetros
  • Perfecto para… Un verano diferente, partiendo desde el interior hacia la costa
  • «Hay dos variantes de recorrido: de Villena a València en cuatro etapas, o saliendo desde Montesa y dejándolo en dos, pero te pierdes la parte de Alicante. Es una ruta muy interesante, porque se inicia en una zona, la de Moixent, donde la naturaleza es una de las más bellas de la Comundad Valenciana. Luego está Montesa, con la historia de los templarios y la espina de Cristo, que deja a todo el mundo con la boca abierta. Y también atravesamos Xàtiva, con elementos patrimoniales y clásicos de la gastronomía que no defraudan al visitante. A partir de este punto, siempre barajamos la opción de seguir por interior, o ya nos dejamos caer hasta a la costa, pasando por Cullera. En todos los casos, se recomienda ropa muy fresca y ligera, mucha agua y algo de comer, y si llevamos nuestra bici, mejor con alforjas y cesta para improvisar».

El bien común

Más allá de la vertiente personal, el cicloturismo tiene un beneficio colectivo, que va de la economía local a la sostenibilidad ambiental. La bicicleta movió una facturación de 1.871 millones de euros en España en 2019, un 9,27% más que el año pasado, según el estudio ‘El sector de la bicicleta en cifras‘, que anualmente elabora la Asociación de Marcas de Bicicletas Españolas (Ambe). No hay quien detenga a este vehículo, y como los ciclistas son fieles a la hora de viajar, el cicloturismo se erige como gran beneficiado. En 2014, ya generaba unos 1.620 millones de euros anuales, atendiendo a la recopilación de datos de la Junta de Andalucía y Vías Verdes-Fundación de los Ferrocarriles Españoles (FFE). Además, su impacto económico es muy interesante si se compara con el turismo clásico, ya que repercute directamente sobre la economía local en zonas remotas de España.

Por tanto, tenemos que obliga a muchos municipios a desarrollar infraestructuras para dar servicio a los visitantes, que es un nuevo dinamizador de la economía rural y que, por supuesto, se muestra respetuoso con el entorno. La Dirección General de Industria y Empresa de la Unión Europea es la primera interesada en promover las Vías Verdes/Greenways como estrategia para desarrollar un turismo sostenible y de calidad, que no solo distribuya mejor a los viajeros por diferentes enclaves, sino que desestacionalizarce la oferta. Porque el cicloturismo favorece el equilibrio y el respeto por el entorno. Ayuda a reducir los desplazamientos y la contaminación de las ciudades. Nos acerca al entorno que desconocíamos, tanto natural como cultural, y promueve una actividad sana. Para la persona que la practica y para el mundo en el que vivimos, que de repente respira mejor.

Es el verano del Covid, sí. Aprovechémoslo para tomar aire.

El motero concienciado

Seguimos hablando de las dos ruedas, esta vez rodando sobre el asfalto. Otra alternativa sostenible para este verano del redescubrimiento es plantear una ruta en moto, a poder ser eléctrica. Olvídate del típico pelotón motero, esto no va de hacer rugir el vehículo. La moto puede ser entendida como un vehículo de conexión con el entorno, en la medida que no existen las barreras físicas y contemplas los paisajes naturales, pero para ello es importante ser silencioso y respetuoso. ¿No dispones de una alternativa eléctrica? Hay numerosas empresas de alquiler que ponen al servicio del usuario su flota de vehículos.

La ventaja: las distancias se multiplican y los tiempos se dividen con respecto a la bici. El inconveniente: la autonomía de la moto es la que determina el recorrido. Al igual que si viajas con un vehículo convencional, tendrás que planificar la ruta, pero esta vez teniendo en cuenta que los puntos de recarga son una necesidad fundamental. Sin embargo, un verano completo es una posibilidad realista, ya que las baterías son cada vez más resistentes, llegando a alcanzar los 600 kilómetros de independencia. ¿Ideas para el itinerario? Echa un vistazo en Hello Riders. Madrid, Valencia, Cuenca… Y hasta Portugal.