La reducción de la contaminación registrada durante el año 2020 supuso una mejora “sin precedentes” de la calidad del aire de Barcelona que, de mantenerse en esos niveles, evitaría 600 muertes al año y disminuiría un 19 % los nuevos casos de asma infantil y un 5 % los de cáncer de pulmón.

Así lo asegura el último informe de calidad del aire de la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB), que revela que el descenso “histórico” de la polución, asociado a las restricciones por la covid-19, hicieron que, en 2020, por primera vez, los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) se situaran por debajo de los límites marcados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Unión Europea (UE).

Reducción de contaminación

En concreto, la exposición de la población al N02 se redujo un 28 % en toda Barcelona, con todos los distritos por debajo de los límites de la OMS y la UE, y la exposición a las partículas PM2,5 bajó un 23 %.

Durante el confinamiento estricto, esta reducción fue aún más drástica, con una caída del 43 % del N02, del 21 % de las PM10 y del 24 % de las PM2,5.

En el caso de las partículas, en el global del 2020, tanto las PM2,5 como las PM10 se redujeron, pero menos de lo esperado y siguieron registrando niveles superiores a los recomendados por la OMS.

En este sentido, el informe destaca que, más allá del tráfico, las partículas flotantes tienen otros orígenes, como las obras, la industria, la agricultura y la ganadería o episodios de intrusión de polvo africano, entre otros.

“El 2020 nos enseña que cuando hay menos coches en la calle mejora la calidad del aire y mejora la salud de los vecinos. Ha sido un año muy duro para todos, pero en el sentido de la contaminación del aire nos evidencia algo muy claro”, ha remarcado la concejala de Salud, Envejecimiento y Cuidados, Gemma Tarafa, en la presentación del informe.

Políticas de reducción de emisiones

Al respecto, la concejala de Salud ha enfatizado que los datos del estudio reafirman al gobierno local a seguir trabajando en políticas de reducción de la presencia de los coches en la ciudad, como las Zonas de Bajas Emisiones, las supermanzanas o las iniciativas “Protegim les Escoles” y “Obrim Carrers”.

El estudio también incluye un apartado sobre la calidad del aire en los entornos de las escuelas e indica que la exposición al NO2 también se redujo de una forma similar a la del conjunto de la población, remarcando que los niños son una de las poblaciones más vulnerables a la contaminación, pues estudios epidemiológicos indican que cada aumento de exposición de 10g/ m3 de NO2 supone aumentar un 5 % el riesgo de desarrollar asma infantil.

Evitar muertes por cambio climático

En sus conclusiones, el informe asegura que si la contaminación habitual de la ciudad de Barcelona se redujera de forma permanente a los niveles observados de media durante el 2020, se evitarían el 4 % de las muertes naturales, es decir, cerca de 600 cada año; el 19 % de nuevos casos de asma infantil, alrededor de 300 anualmente; y el 5 % de los nuevos casos de cáncer del pulmón, unos 50 al año.

“Esto nos reafirma en que la contaminación del aire es un problema de salud pública de primera magnitud y que necesitamos de forma urgente políticas públicas y cambios sociales que nos garanticen una reducción contundente de la contaminación”, ha aseverado, por su parte, la directora de la ASPB, Elisenda Realp.

Mejora de la calidad del aire

Con el objetivo de lograr la mejora del aire que acarreó la “indeseable” crisis global de la covid, el informe hace una serie de recomendaciones y propuestas, como evitar volver a los niveles prepandemia de tráfico motorizado, favoreciendo el teletrabajo y la proximidad de los desplazamientos, mejorar el transporte público, actuar sobre las fuentes locales y regionales de partículas, intensificar las medidas en las zonas más afectadas -como el distrito del Eixample-, o revisar el modelo turístico de ciudad.

“Hemos visto como bajar las emisiones del puerto ha sido también muy importante este 2020. Tenemos que bajar las emisiones del puerto y del aeropuerto y, en definitiva, tender a un turismo más sostenible”, ha defendido Realp, que ha reclamado una acción coordinada a todas las administraciones para llevar a cabo “políticas valientes y contundentes”.