La apuesta por el coche eléctrico es la respuesta con la que los fabricantes están haciendo frente a las constantes regulaciones europeas en materia de emisiones, lo que está provocando que las marcas no paren de adelantar la fecha en la que tendrán completa esa transformación y que muchas de ellas ya se han marcado en el calendario para el 2030.

Si ya lo tenían claro desde hace unos años, ahora les ha quedado más cristalino con la propuesta «Fit for 55» que el pasado 14 de julio divulgó la Comisión Europea y con la que se quiere que en 2035 no se vendan en territorio comunitario turismos o furgonetas que emitan CO2, lo que afecta a motores de gasolina, diésel e híbridos.

Unos días más tarde, Mercedes-Benz presentaba su estrategia eléctrica que tiene como objetivo prepararse para producir únicamente automóviles eléctricos en 2025 y ser al final de la presente década 100 % eléctrica, porque nadie puede prever ahora mismo cuándo se venderá el último motor de combustión, asegura.

No opina lo mismo Audi que en 2026 lanzará su último coche con motor de combustión, que dejará de fabricar en 2033; o Mini, que para 2025, habrá puesto fin a sus motores de combustión. Para esa fecha Renault solo tendrá diésel en comerciales, mayoría de electrificación de gasolina (híbridos e híbridos enchufables) y eléctricos (serán una quinta parte de sus ventas).

En 2025 Jaguar también pondrá fin a su oferta de motores de combustión, que secundará un año después su «hermana» de grupo, Land Rover. Volvo adoptará esa decisión en 2030, año en el que el 50 % de las ventas de BMW serán eléctricas y en el que Fiat será 100 % cero emisiones, una tecnología que será la única que oferte Opel en 2028.

El Grupo Stellantis -al que pertenece Opel y otras 13 marcas más como Citroën, Peugeot, DS, Jeep, Alfa Romeo o Fiat– tiene como meta que, en 2030, el 70 % de sus ventas en Europa y el 40 % en Estados Unidos sean eléctricas.

El Grupo Volkswagen, dentro de su estrategia New Auto, quiere liderar en 2030 el mercado global de vehículos eléctricos, para lo que prevé instalar una fábrica de baterías en España y producir aquí la familia de coches pequeños cero emisiones del grupo. El 50 % de sus ventas serán eléctricos y en 2040 casi el 100 % de los nuevos modelos de sus marcas (Volkswagen, Seat, Skoda, Audi o Porsche) que se lancen en los principales mercados deberían ser cero emisiones.

Por tanto son muchas las marcas que para 2030 solo venderán coches eléctricos, como ha hecho Tesla desde su orígenes (en 2003) y Smart (propiedad de Daimler) desde el año pasado.

Estas entre las más conocidas, porque las marcas de lujo, como Bentley o Rolls Royce, también quieren ser eléctricas. La primera en 2030 y la segunda en 2040. Entretanto, en España se comercializan 76 vehículos de este tipo -en 2010 eran 10-, de los que 6 se fabrican en las plantas nacionales, cuando hace una década solo se producía 1.

A esos modelos también hay que unir los híbridos enchufables, que, para los fabricantes, son la transición lógica del vehículo de combustión al eléctrico puro. En España hay a la venta 77 modelos (en 2010 no había), de los que 5 se producen en nuestras fábricas. Precio, autonomía e infraestructura de recarga son las principales barreras a su generalización.

Mientras que las ayudas del Moves III (de hasta 5.000 euros para híbridos enchufables y de hasta 7.000 para eléctricos, 9.000 euros si es una furgoneta) han acercado los precios a los de gasolina y diésel, y las autonomías se sitúan entre los 130 km (de un Smart Forfour) y los 614 km (de un Tesla Model 3 LR), el tema de la recarga sigue siendo un gran obstáculo.

Por ello, desde la patronal de fabricantes de vehículos Anfac y de concesionarios Faconauto, han lanzado una hoja de ruta para ayudar al Gobierno a que los actuales puntos de recarga públicos (11.517) lleguen a los 70.000 en 2023, a los 110.000 en 2025 y a los 340.000 en 2030.

Según estimaciones de la Asociación empresarial para el desarrollo e impulso de la movilidad eléctrica AEDIVE, los operadores de carga van a invertir en España más de 3.000 millones de euros hasta 2030 para poder dar servicio a los más de tres millones de eléctricos que el Gobierno prevé que habrá circulando para esa fecha.