Toyota ha informado de que ha puesto en marcha una asociación con los también fabricantes japoneses Hino e Isuzu para el desarrollo de tecnologías de conducción eléctrica, de hidrógeno, autónoma y conectada en los vehículos comerciales.

Lo que buscan es resolver los retos a los que se enfrenta la industria del transporte logístico y contribuir a lograr una sociedad neutra en carbono.

El primer fabricante de vehículos del mundo, Toyota Motor, canceló en 2009 su alianza para la producción de motores diesel con Isuzu, que firmó en 2006, para centrarse en la producción de híbridos.

Las tres empresas (Hino pertenece al Grupo Toyota) trabajarán conjuntamente en el desarrollo de vehículos eléctricos de batería (BEV) y de pila de combustible (FCEV), así como en tecnologías de conducción autónoma y plataformas electrónicas centradas en el ámbito de los pequeños camiones de uso comercial.

Asimismo tienen previsto vincular sus plataformas tecnológicas conectadas para construir una para vehículos comerciales que pueda ofrecer diversas soluciones logísticas y que ayude a reducir las emisiones de CO2.

Para que la asociación se ponga en marcha, Isuzu y Toyota han acordado una asociación de capital.

Toyota adquirirá 39 millones de acciones ordinarias de Isuzu por un valor total de 42.800 millones de yenes (algo menos de 335.000 euros al cambio actual) y obtendrá el 4,6% de la propiedad de Isuzu en términos de acciones totales emitidas a finales de septiembre de 2020 y una proporción de derechos de voto en Isuzu posterior a la adjudicación del 5,02 %.

Isuzu espera adquirir acciones de Toyota por el mismo valor mediante una compra en el mercado.

El Gobierno japonés quiere lograr una sociedad neutra en carbono en 2050, para lo que es necesario que, tanto los vehículos de pasajeros como los de transporte, se electrifiquen y se digitalicen, para lo que se requieren las tecnologías CASE (cuyas siglas corresponden a vehículos conectados, conducción autónoma, compartida y eléctrica).