Limitada en los cuatro puntos cardinales por el mar, la huerta y el nuevo cauce del río Turia, València busca nuevas fórmulas para acelerar una reorganización urbana hacia un desarrollo sostenible y una mejora en el transporte público: la «ciudad 15 minutos» ha ido dando pasos hacia adelante al respecto.

Acuñado por el profesor universitario Carlos Moreno, asesor de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, este modelo de ciudad sostiene que los servicios e infraestructuras básicas de la vida de las personas puedan cubrirse en un radio de 15 minutos a pie o en bici para mejorar la calidad de vida de las mismas.

Según asegura la concejala de Urbanismo de València, Sandra Gómez, el tipo de urbe está pensada «para que no haya una ciudad dividida con barrios dormitorio, de ocio o de trabajo», así como para que el centro «no concentre la mayoría de servicios».

Gómez, cuya Concejalía ha intercambiado información con el Ayuntamiento parisino desde 2016, destaca que quiere cambiar el modelo clásico de urbanismo «y hablar de una València policéntrica, mucho más sostenible, saludable y que fortalezca los tejidos vecinales».

Peatonalizacion de la Plaza del Ayuntamiento de Valencia y su entorno en 2020. Foto: Kike Taberner

Asegura que la peatonalización de las plazas del casco histórico, que también se realizará en los diferentes barrios de la ciudad, es una muestra de ello.

«Lo que ha puesto de manifiesto la pandemia es que existen unos barrios de primera y otros de segunda, en los que hay menos posibilidades y en lo que la incidencia del virus ha sido mayor», por lo que esta medida es una solución global que busca hacer «la ciudad igualitaria», recalca.

Un transporte sostenible

El concejal de Movilidad Sostenible, Giusseppe Grezzi, resalta por su parte la necesidad de que la red ciclista se termine de vertebrar para mejorar las conexiones de la ciudad y que puedan realizarse los desplazamientos básicos en 15 minutos, al tiempo que habla de la importancia de que exista «una verdadera red ciclista».

Explica que desde 2016 se han creado 40 kilómetros de carriles, que se han sumado a los 132 ya existentes, con el fin de conseguir compactar esa red y eliminar la peligrosidad que suponían algunos carriles que estaban sobre las aceras.

Hasta el fin de la legislatura en 2023 esperan realizar al menos catorce carriles bici, entre los que se incluyen los de la avenida Peset Aleixandre y General Avilés en una primera fase y el de la avenida del Cid o la calle San Vicente en una segunda.

«Somos la ciudad que más utiliza la bici en España», asegura para subrayar la mejora de este transporte cuando la infraestructura «es segura y está conectada entre sí»; por eso, “ahora se ve a gente de todas las edades en bici, aunque falte terminar esa vertebración».

Las propuestas de la oposición

Por su parte, el concejal popular Carlos Mundina subraya que València tiene que ocupar la centralidad del área metropolitana y generar actividad económica, mientras sostiene que se debe buscar una ciudad «compacta» y que ese modelo, «ambientalmente, es el más sostenible».

En la búsqueda de este tipo de urbe, Mundina afirma que la ciudad «debe quitarse el miedo de los edificios en altura», así como que València «no puede crecer de forma desmesurada»; desde el PP aspiran a que no sobrepase los 900.000 habitantes.

Respecto al modelo de «ciudad 15 minutos», destaca que «no es incompatible» con el tipo de urbe que el PP defiende, pero, no obstante, recalca que «como realidad, a lo mejor hay que hacerla compatible con lo que ya tiene cada barrio».

«A veces, no tiene sentido contar en cada barrio con una piscina si en el barrio de al lado, que está a cien metros, ya la hay», señala, e incide en las dudas sobre la eficiencia de este modelo y se muestra a favor de las peatonalizaciones, «pero con acuerdos vecinales y comerciales».

Así, asegura que el proyecto de peatonalización del PP para la plaza del Ayuntamiento «es más ambicioso y el peatón gana más metros cuadrados que en las obras realizadas».

Sostiene que esa peatonalización es «la antítesis de lo que debería ser» y afirma que lo primero que harían si gobernaran sería convocar un concurso internacional para diseñarla «con expertos, ingenieros y vecinos».

Para el portavoz de Ciudadanos en València, Fernando Giner, la ciudad se debe «entregar» a sus habitantes y para ello pide un modelo de urbanismo «de consenso», en el que el alcalde «solo tenga que continuar un trabajo», y marca la gestión del Jardín del Túria, «que empezó con el PSOE, que continuó el PP y que ahora terminará Compromís», como un modelo de éxito.

Giner coincide en el modelo 15 minutos, pero pide que esta también sea para la gente mayor, pues critica que en la ciudad viven 160.000 personas de más de 65 años y no hay suficientes residencias. Se pregunta por qué esas personas «no pueden envejecer en su barrio» y lamenta que este grupo de edad se tiene que ir a un entorno de 10 kilómetros para conseguir una residencia.

Respecto al tipo de ciudad promulgado, asegura que en absoluto está llegando a todos los barrios por igual y que estos tienen «carencias históricas que siguen siendo prácticamente las mismas seis años después», una situación que está provocada por una «lentitud incomprensible» en cubrir las exigencias de los barrios.

Del mismo modo, sostiene que las «pugnas políticas» entre socios dejan «en un estado de provisionalidad» las obras de Urbanismo de la ciudad, al tiempo que explica que el «enemigo» no debería ser el coche, sino la combustión, y que hablaría de revertir los carriles bici que pudieran provocar peligrosidad.

Coincide en que València necesita a la gente de su área metropolitana para generar la riqueza necesaria, y lamenta las peatonalizaciones porque «no se puede crecer con plazas de cemento», ya que la ciudad vive con temperaturas muy altas durante cinco meses al año, lo que sería dejarlas «inservibles» desde las 10 de la mañana hasta las ocho de la tarde.

Por ello, pide «rigurosidad climática» y que estas obras cuenten con los expertos «para que no se reduzca a una pugna política», ya que es una cuestión que le parece «más serio que eso» y que, entiende, debería haber estado en el plan València 2020-30.