Toyota Mirai, puerta de entrada a la sociedad del hidrógeno

Javier Millán Jaro / EFE | 

La segunda generación del Toyota Mirai, el coche propulsado por pila de hidrógeno y que solo expulsa al aire vapor de agua, ya puede adquirirse en España desde 65.000 euros (sin incluir las ayudas gubernamentales del Gobierno) y con una autonomía de 650 kilómetros.

El Mirai, una berlina de cinco puertas con un diseño inspirado en los coupés en la parte trasera, es para Toyota el punto de arranque hacia una sociedad basada en el hidrógeno que permita obtener un efecto neutro de CO2.

El buque insignia de la marca japonesa mide 4,97 metros de largo (85 milímetros más que la generación anterior), 1,88 metros de ancho (70 milímetros más) y 1,47 metros de largo (65 milímetros menos). La batalla también ha crecido en 140 milímetros, hasta los 2,92 metros.

El maletero que ofrece es de 300 litros. Aunque no es muy grande en comparación con vehículos de tamaño parecido con motor de combustión, desde Toyota explican que esta berlina es un vehículo de representación y no un familiar al uso. No obstante aseguran que caben perfectamente 6 maletas de cabina de avión.

Cuenta con una potencia conjunta de 182 CV, que aportan un motor eléctrico (ubicado en el eje trasero) y una pila de combustible (su potencia es de 174 CV) a la que alimentan tres depósitos de hidrógeno (antes eran dos) con una capacidad de 142,2 litros (5,6 kilógramos frente a los 4,7 anteriores) y repartidos por el piso. Además hay una batería de alta potencia de ion-litio.

El funcionamiento es el siguiente: el arranque es solo con la batería, cuando vamos a una velocidad crucero funciona sola la pila de combustible y si requerimos más potencia funcionan a la par ambas. Cuando dejamos de acelerar o frenar la energía que se produce la emplea el vehículo para recargar la batería.

Y todo ello, como hemos podido comprobar este miércoles en una prueba dinámica realizada por Madrid, sin que el conductor tenga que hacer nada. Simplemente engranar la directa de la transmisión automática y disfrutar de la buena insonorización de la cabina, a lo que contribuye que al vano motor se han desplazado la pila de combustible y la unidad de control de potencia.

Contamos con modos de conducción (Sport, Normal y Eco) que modifican claramente la respuesta del acelerador, lo que nos permite ganar en autonomía o recortala en tramos de curvas donde el coche transmite aplomo a pesar de sus medidas y de una amortiguación que tiene un enfoque que prima más el confort que la dureza.

Para aumentar la distancia recorrida en la palanca de cambios tenemos un modo B con el que intensificar la energía de la frenada que recuperamos para la batería.

En definitiva se conduce como cualquier otro vehículo electrificado, al que el Toyota supera en confort, tecnología y eficiencia y, sobre todo, en respeto al medioambiente.

La gama tiene dos acabados muy completos: Vision y Luxury

El primero cuenta con llantas de 19 pulgadas, faros delanteros Bi-led, cámara 360, paquete de ayudas a la conducción Toyota Safety Sense, sistema de infoentretenimiento y navegación con pantalla de 12,3 pulgadas o cargador inalámbrico de móvil.

Y el Luxury con llantas de 20, techo panorámico, cuero, asientos ventilados y con calefacción, retrovisor interior inteligente con cámara, climatizador tri-zona, panel de control en el reposabrazos trasero para el audio y el clima o head-up display a color de 12,1 pulgadas.

El precio (con campaña comercial) del Vision es de 65.000 euros y el del Luxury de 72.000 euros.

Si el nuevo Mirai se compara con el anterior ahora es cinco plazas (antes de cuatro), ha ganado en potencia (un 10 %), ha reducido consumos (también un 10 %) y ha ganado en autonomía (un 30 %). Además es más rápido (en 0,4 segundos) en la aceleración de 0 a 100 km/h (en 9 segundos).

Todo ello le convierte en un gran rutero en el que hacer kilómetros sin que se queje el pasaje. El problema es la falta de infraestructura de recarga en España. El Mirai recarga a 700 bares de presión y solo hay una en Madrid que lo permite. Las otras tres (Puertollano, Albacete y Huesca) suministran hidrógeno a 350 bar de presión.

Por tanto, sus potenciales clientes en España serán empresas que busquen un vehículo de representación y no contaminante. Pero se tendrán que dar prisa porque Toyota solo fabricará al año 30.000 unidades para todo el mundo.