La vuelta al cole desde la movilidad sostenible

​¿Cómo son los desplazamientos hacia y desde los centros escolares? ¿Hay estrategias y proyectos para hacerlos más sostenibles y seguros? ¿Influye la situación derivada por el COVID en esta área de la movilidad?

Nueve menos diez en la puerta de entrada de un colegio de educación primaria y secundaria de la segunda corona de València ciudad. Hay coches mal estacionados, un guardia de tráfico que pita enfurecido y la contaminación acústica de los motores rugiendo y algún que otro claxon. También hay niñas y niños que van en bici o patinete, con sus padres en la retaguardia. Todo el mundo lleva mascarilla y hay algo más de orden que en años anteriores. Cumplir con las medidas de distancia social no es fácil en ciertas aceras por sus dimensiones, pero hay voluntad por parte de los padres y del consistorio para mejorar los accesos y el entorno de los centros escolares.

Primera semana del curso escolar en una situación atípica que, inevitablemente, ha transformado las iniciativas de movilidad sostenible hacia y desde los centros escolares. Los especialistas observan, por una parte, que hay un riesgo de aumento del uso de vehículos privados para el transporte de escolares pero también, una oportunidad —puede que la última— para adoptar nuevos hábitos y crear una gran ciudad para la totalidad de sus habitantes, una de las llamadas ciudades 8 80 en las que el urbanismo se hace pensando en todas las franjas de edad. 

La situación de las rutas escolares y movilidad sostenible para la infancia

Podemos distinguir dos escenarios dentro de la ciudad: el primero es el de los centros escolares públicos, donde gran parte de los desplazamientos se realizan a pie porque los estudiantes residen próximos al centro. Aquí se observan atascos en horas punta, que suelen deberse a comportamientos poco cívicos e infraestructuras deficientes. Los colegios concertados o privados presentan otra situación, ya que tienden a contar con una población deslocalizada, que proviene de puntos muy diversos y que suele recurrir al vehículo privado o a los autobuses escolares.

En los municipios pequeños, los escolares viven cerca y pueden desplazarse a pie, pero es frecuente que sean transportados en coche por adultos que continúan su desplazamiento hacia el trabajo.

Desde la Plataforma Peatonal València Camina cuentan que «en València se están dando experiencias interesantes, como los caminos seguros escolares, que mediante señalización y, supuestamente, implicando a los comercios de barrio, facilitan que los niños más mayores puedan ir solos a clase. Lo cierto es que, en algunos casos, se ha quedado en mera señalética». València Camina realiza recorridos para comprobar el estado de los caminos escolares en la ciudad, en esos paseos detectan fallos derivados de «la falta de coherencia con otras ordenanzas municipales como la ocupación por mesas, motos y otros obstáculos de dicho elemento. Hay otras cuestiones clave como el tamaño de las aceras, la sombra, las zonas de descanso, la accesibilidad… se tratan a duras penas en zonas clave de la ciudad, pero se abandonan en los barrios periféricos. A esto se suma una conducta incívica por parte de una minoría ruidosa de ciudadanos que dificulta el uso de las mediocres infraestructuras peatonales. Queda mucho camino por recorrer».

Proyectos de caminos escolares en la Comunitat Valenciana

Colecamins fue uno de los proyectos pioneros de caminos escolares en la ciudad de València. En 2016 esta iniciativa comenzó a trazar y delimitar varios recorridos para que los escolares de Patraix y Tres Forques pudieran acudir a sus centros con seguridad y se contribuyera así a reducir el uso del vehículo. El urbanista Francesc Arechavala, uno de los impulsores de Colecamins, explica que el proyecto nació de abajo arriba, desde las AMPAS y las comunidades educativas hasta que finalmente el Ayuntamiento de València escuchó y aprobó las acciones. «Hay actuaciones que nacen porque las AMPAS detectan la necesidad, creo que funcionan bien porque el equipo motor es parte del colegio. Como esto ha ido trabajándose bien, la administración ha comenzado a hacer proyectos, el problema es que lo hacen desde arriba, sin involucrar a la comunidad educativa, a los chavales».

Francesc Arechavala

Francesc Arechavala.

El proyecto Caminis, en Dènia, coordinado por Siete arquitectura más ingeniería y propuesto por la Regidoria de Seguretat Ciutadana i Mobilitat de l’Ajuntament de Dénia, creó una red de caminos escolares que contribuyeron a la seguridad, bienestar y autonomía para la infancia. Once centros educativos formaron parte de la primera fase, una etapa que sirivió de análisis y observación del entorno inmediato de cada centro educativo. El proyecto, al igual que otros de esta índole, persigue reducir la presencia de vehículos motorizados, aumentar el número de desplazamientos sostenibles, trabajar de manera participada y ganar en salud. «En Dènia hemos hecho un proyecto de ciudad, con lo que no nos hemos centrado en un solo en un lugar. Al generar un grupo de trabajo enorme, con pluralidad de voces, se ha producido una ilusión común por la iniciativa. Si nos quedamos en acciones aisladas, no se puede crecer». Los proyectos de camino escolar pueden ser impulsados por las familias a través de las AMPA, los centros educativos, las administraciones o por distintas entidades del entorno social con sensibilidad hacia la infancia y el medioambiente.

«En el caso de Dénia la iniciativa de poner en marcha un proyecto de camino escolar fue del Ayuntamiento, pero lo que hizo que este funcionara tan bien es la acogida y el apoyo recibido por parte de todos los agentes. Con un año de rodadura del proyecto entendimos que este apoyo y esfuerzo debía de ser reconocido, es por eso que invitamos al grupo de trabajo a compartir sus inquietudes con María Sintes i Pau Avellaneda, miembros del grupo movilidad e infancia del CENEAM, en un velada abierta al resto de la ciudadanía. Lo que fue la Nit de Caminis. Queríamos también que no se sintieran solos en su empeño en conseguir una Dénia mejor. Un proyecto de camino escolar es un proyecto de largo recorrido».

Julia Pineda, arquitecta de Crearqció.

SEM Carcaixent: Mobilitat i Infància es uno de los proyectos de Crearqció. En él se desarrolló una línea temática sobre movilidad e infancia, centrada en el diagnóstico y el posterior trabajo sobre los entornos escolares del municipio. En la primera fase se lanzó un cuestionario a madres y padres del alumnado de todos los centros educativos con tal de obtener datos y percepciones sobre los trayectos a la escuela, después se trabajó con el alumnado para despertar en él la conciencia sobre su trayecto y el espacio público que lo conforma, así como introducir y trabajar sobre aspectos de movilidad sostenible y autonomía infantil. «Partimos del sondeo, después hicimos juegos para involucrar al alumnado. Las niñas y niños lo ven súper viable, pero existe una percepción de la inseguridad por parte de los padres y madres que cada vez va a más. Cuando se habla de inseguridad, se analiza la objetiva y subjetiva, que es hace referencia a una sensación o sentimiento y no son cifras concretas de accidentes o delitos. En el cuestionario, además de la preocupación por los accidentes de tráfico se reflejaba miedo al rapto o la agresión».

¿Qué puede hacer la movilidad peatonal contra la obesidad infantil?

En España el 34,9% de las niñas y niños sufren sobrepeso y/o obesidad. El porcentaje de la Comunitat Valenciana es cercano al 29%, según la última Encuesta Nacional de Salud. Un 16,94% de la población de dos a diecisiete años tiene obesidad y un 11,98 % sobrepeso. La cifra se sitúa más de tres puntos arriba que en 2012, cuando era del 25,6%.

Marchando con mi pediatra es una iniciativa promovida desde la Unidad contra la Obesidad y el Riesgo Cardiovascular del Servicio de Pediatría del Consorcio Hospital General Universitario de València (CHGUV) con la participación y colaboración de las concejalías de Sanidad, Salud y Deporte del Ayuntamiento de València. Este programa busca crear hábitos saludables en su vida diaria que perduren a lo largo de su desarrollo evolutivo mejorando la calidad de vida y su bienestar emocional.

Ahora bien, el proyecto está concebido como una actividad ajena al horario escolar, a través de múltiples sesiones de marcha rápida una tarde a la semana. Dado que las metas de Marchando con mi pediatra son compartidas con la dimensión de la salud en la que entran los proyectos de movilidad peatonal de y hacia los centros escolares, ¿no sería interesante coordinar este trabajo con el realizado por organismos y asociaciones de movilidad sostenible?

Otras perspectivas en la movilidad sostenible

«La movilidad sostenible ya ha llegado a todas las personas a las que tenía que llegar, ahora es el momento de buscar como nuevos argumentos que hagan que más gente se convenza». Julia Pineda, una de las arquitectas de Crearqció, introduce nuevas perspectivas en la movilidad sostenible: «Hay una muy interesante perspectiva de género, porque la movilidad sostenible da más autonomía a las niñas y niños y le da más tiempo a las madres, que porcentualmente son las que llevan a los más peques al cole. Es una política interesante para liberar de la carga de trabajo y enseñar independencia y autonomía. Por otra parte, con servicios sociales hemos tratado la idea de los programas de monitores-despertador. Es una medida muy interesante para evitar el ausentismo escolar. Las familias vulnerables, desestructuradas, son las que suelen contar con ese servicio pero si se tendiese a hacer la colectivización de esos caminos, sin que fuera un servicio exclusivo de emergencia social, esa parte del alumnado entraría en una rueda de normalización e inclusión». Al igual que otros urbanistas, Julia apunta a una movilidad sostenible que «no solo se quede en la política de reducción de gases efecto invernadero, que obviamente es necesaria, sino que se le pueda sacar más punta para tocar asuntos sociales muy importantes».

Revolta Sostenible al Cole, la movilidad escolar en el escenario COVID

Revolta Sostenible al Cole es una campaña conjunta de concienciación y acciones dirigidas a promover la movilidad saludable, segura y sostenible lanzada por la CEAPA (Confederación Española de asociaciones de Padres y Madres). La campaña parte del contexto provocado por la crisis del Covid, que entienden que pone de manifiesto la importancia clave de la movilidad sostenible y de los entornos escolares seguros. Marcos Pastor es uno de los promotores de Colecamins y también colabora con CEAPA. Explica que buscar aprovechar la oportunidad que se genera la vuelta al cole bajo la nueva normalidad para plantear cambios de hábitos en movilidad. «La crisis ha puesto en evidencia nuevos escenarios, como la notable disminución de la contaminación que era provocada sobre todo por los desplazamientos motorizados, esta contaminación es especialmente nociva para la salud de la infancia. Este es un proyecto que sale desde la sociedad civil, de las decisiones que individual y responsablemente se toman en cada casa.

Las administraciones lo ven con buena acogida, pero como siempre, la sociedad civil tiene otra velocidad y sentíamos que teníamos que empezar a movernos, demostrar a las instituciones públicas nuestra capacidad para tomar medidas». En el contexto presente, a los riesgos que apareja la contaminación ambiental y sonora y el riesgo de accidentes de tráfico, hay que añadir el peligro del contagio en entornos escolares por no contar estos con unas condiciones de acceso y salida con suficiente espacio para mantener la distancia interpersonal.

Los caminos escolares no son nada nuevo

«Muchas de estas iniciativas parecen modernas, pero están basadas en recuperar usos y organizaciones tradicionales de las comunidades y las colectividades». Julia explica que esta recuperación del colectivo con ideas concretas como los “ojos de la calle”, una red de comercios amigos que cuiden de las niñas y niños del barrio.  Tanto Francesc Arechavala como Julia Pineda coinciden que uno de los principales problemas para que se ejecuten más iniciativas de movilidad sostenible es la desarticulación de las AMPAS.

La intencionalidad por parte de las administraciones está, los estudios de urbanismo encargados de diseñar proyectos, también. Y cada vez son más los centros escolares con sus correspondientes AMPAS que ven en la mejora de la movilidad sostenible para los desplazamientos de los escolares una necesidad esencial para que estos crezcan en un entorno saludable y adquieran buenos hábitos como peatones. La decisión de hacer uso de las herramientas y reclamar que haya un mayor número de ellas queda en casa.