Foto: Jordi Santos

Jorge Martí (València, 1972) es el cantante y guitarrista de La Habitación Roja, grupo que en el 2020 cumplirá 25 años en los escenarios y bien que lo celebrarán. Vive a caballo entre España y Noruega, país al que fue de Erasmus y donde conoció a Ingrid, la que hoy es su mujer. Antes, siendo más joven, jugó al fútbol, vistiendo las camisetas de las categorías inferiores del Valencia CF y la SD L’Eliana, y de los equipos CD Alaquàs, Ribarroja CF, UD Alzira, C.E.Premià (donde llegó a debutar en 2ª B) y Sporting Requena.

Pero lo mejor si se quieren conocer bien a Jorge es ver el documental In the Middle of Norway (o leer, cuando se publique, el libro que está escribiendo para Plaza&Janés), dirigido por Mia P. Salazar, en el que en poco más de media hora, nos sumergimos en su vida, esa que le lleva a subirse a los escenarios de España o Latinoamérica durante los meses de primavera y verano, principalmente, y a trabajar en invierno, en el país nórdico, en un centro para pacientes aquejados de Alzheimer o demencia. Dos mundos absolutamente distintos, pero que conforman un todo indisoluble. E indestructible.

Jorge Martí. Foto: Jordi Santos

Foto: Jordi Santos

Un recuerdo de infancia o juventud relacionado con viajar en coche.
Recuerdo los viajes de València a Vigo en verano. Toda la familia con un Seat 131. Nos llevaba dos días y hacíamos noche en un parador antes de llegar a Benavente. También recuerdo un largo viaje para ir de acampada a Cuenca con mis amigos, por carreteras secundarias con un Citroën 2CV amarillo.

¿Cómo era tu primera bicicleta?
Una BH heredada de mi hermano mayor que estaba hecha polvo. Era verde pero estaba en muy malas condiciones. Luego en unos Reyes nos regalaron unas Bicicross de BH. Eso fue todo un acontecimiento. Me sentía como Elliot, el protagonista de ET.

¿Y tu primer coche?
El primer coche propio fue un Peugeot 205 de segunda mano. Tenía cuatro marchas y muy poco motor, pero le saqué partido. Me lo compró mi padre para que pudiera ir a entrenar cuando jugaba en la UD Alzira. Antes tuve una Mobylette de mi abuelo, de la que todos mis compañeros se burlaban, luego una Vespino GL heredada de mi tío y que había pasado antes por mi hermano mayor. Y, antes del coche, una Vespa Primavera de segunda mano que todavía hoy tengo en casa de mis padres.

Un viaje en coche, moto o bicicleta que nunca olvidarás.
Pues sin duda, las tres veces que he cruzado Europa de ida y vuelta desde Trondheim primero y ahora desde Molde, en Noruega, hasta València. Las dos primeras veces sin GPS y eran toda una aventura.

¿Cuál es tu ciudad favorita para caminar?
Me gusta mucho Barcelona. He vivido allí y la he recorrido de arriba abajo andando, además marcó el comienzo de mi vida adulta.

Cuando llegas a una ciudad desconocida, ¿en qué transporte te gusta recorrerla?
Andando sin duda. También en bici es genial. Estuve en Berlín hace unos años y la recorrí en bicicleta y me pareció la bomba. Hacíamos todo en bici, hasta salíamos por la noche de concierto en bicicleta.

¿Hábitos y manías en tus transportes diarios?
Mi medio de transporte favorito es, sin duda, el tren. Me parece que los trenes y las estaciones son lugares evocadores y en muchas ocasiones de un romanticismo sublime. He cruzado Noruega en tren muchas veces y es espectacular e inspirador. He de reconocer que ir por la calle andando con música y sentirme como Richard Ashcroft en el vídeo de Bitter Sweet Symphony de The Verve, es algo que algún momento de mi vida ha sido algo más que un hábito.

¿Qué medio de transporte de ficción te gustaría probar al menos una vez?
Viajar en el tiempo, sin duda. Tener la máquina del tiempo del libro de HG Wells o la película protagonizada por Rod Taylor, o un Delorean como en Regreso al Futuro.

¿Qué viaje tienes como asignatura pendiente y en qué transporte te gustaría hacerlo?
Pues si algún día mi mujer se recuperase (padece desde hace 10 años Síndrome de fatiga crónica), además de hacer la fiesta de boda que nunca pudimos hacer, tenemos pendiente el Camino de Santiago andando y cruzar de costa a costa los Estados Unidos en coche durmiendo en moteles de carretera.

¿Cómo imaginas el futuro de la movilidad?
Creo que se impondrán las energías limpias y renovables. Esa es la tendencia que se ve en países como en el que vivo. Cada vez las ciudades van a tender a penalizar a los coches y más a los que emiten gases contaminantes. Ya vemos cada vez más coches, motos y bicis eléctricas.