Revuelta por unos entornos escolares sin tráfico


Las movilizaciones acontecidas en los últimos meses alrededor de los centros escolares son una expresión de la preocupación por la inseguridad vial y la contaminación que soporta el alumnado

Por  · Fotos cortesía de #revueltaescolar  |  

En el caos de la vuelta a los centros escolares de septiembre del 2020, publicamos en este medio La vuelta al cole desde la movilidad sostenible, un reportaje sobre la forma en la que se realizan los desplazamientos hacia y desde los centros escolares y qué proyectos existentes había en marcha para hacerlos más sostenibles y seguros.

Meses después y con la idiosincrasia propia del escenario de las restricciones sociales impuestas por la emergencia sanitaria del coronavirus, la problemática tratada en el reportaje se hace aún más visible. En respuesta a ello, las personas responsables de la seguridad de los niños y niñas están llevando a cabo manifestaciones de su preocupación por un tráfico desmedido de vehículos a motor, gran parte de ellos, privados.

#RevueltaEscolar, la lucha contra el tráfico

#RevueltaEscolar es una iniciativa en la que se integran varias Asociaciones de Familias de Alumnos (AFA), en colaboración con entidades vecinales para realizar una serie de protestas regulares que tienen como objetivo reclamar la pacificación y/o eliminación del tráfico en los entornos escolares. Cada dos semanas, los alumnos y sus familiares cortan el tráfico a la salida del colegio. Con estas protestas buscan llamar la atención sobre la necesidad de una seguridad mayor en los entornos escolares, una mejora de la calidad del aire y la disminución de la contaminación acústica.

La primera protesta organizada por #RevueltaEscolar tuvo lugar en Barcelona en diciembre de 2020, con 20 escuelas efectuando 17 cortes de calle. Actualmente hay más de 75 centros movilizados en once ciudades diferentes, entre las que se encuentran Badalona, Barcelona, Bilbao, Guadalajara, Madrid, Melilla, Sabadell y Valencia.

Guille López es miembro de Eixample Respira, una de las plataformas vecinales que organiza #RevueltaEscolar. López se alegra por el gran éxito de la iniciativa. «Cien AMPAS, noventa cortes, repercusión en los medios. Estaba latente esta reivindicación. Las familias estamos preocupadas. Los niveles de ruido y contaminación en los entornos escolares son inadmisibles».

López explica que #RevueltaEscolar surgió en Barcelona. «Viene precedido de protestas puntuales. Entendimos que si nos organizábamos, la repercusión iba a ser mayor». Según su apreciación, sí que hay una voluntad de cambio por parte de los Ayuntamientos, aunque depende del municipio. «Esto es una punta de lanza, la parte visible de una reivindicación mayor: el modelo de ciudad por el que apostamos, un nuevo modelo en el que los coches no tengan la prioridad».

En el caso de Barcelona, la alcaldesa de la ciudad, Ada Colau, anunció el pasado mes de febrero que durante el 2021 iba a doblar el número de centros en los que tenía previsto intervenir para pacificar su entorno. La teniente de alcalde de Urbanismo, Ecología y Movilidad, Janet Sanz, explicó que con las 66 intervenciones programadas se van a conseguir 9.600 metros cuadrados al asfalto libres de vehículos y una consecuente mejora en la contaminación, el ruido y la inseguridad.

En València, hace tres años, el aire de 19 de 21 colegios analizados en superaban el límite de contaminación por los coches. En Barcelona, un estudio de 2020 realizado por Eixample Respira a partir de datos de la empresa tecnológica Lobelia, concluyó que la mitad de las escuelas de la capital catalana superan el límite legal de contaminación. En la zona del Eixample todos los colegios estaban por encima de los 40 microgramos de dióxido de nitrógeno.

Madres por el clima

Se definen como un grupo de madres preocupadas por el planeta que dejarán a sus hijos e hijas. Pese al nombre, Madres por el clima es un movimiento mixto ubicado en Madrid al que puede unirse cualquier persona preocupada por el cambio climático. Esa inquietud les ha llevado actuar a través de los movimientos Juventud por el clima y Fridays for future, además de #RevueltaEscolar. Estas madres se organizaron para influir en el crecimiento de una movilización ciudadana que reclame la mejora de las urbes y el fin de la crisis del clima. Entre sus demandas, figura un Green New Deal en España. Es decir, un gran pacto social verde para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones imprescindibles que eviten un colapso climático.

El colectivo demanda aire respirable en las ciudades. Para lograrlo, exigen políticas públicas de movilidad que disminuyan el uso del coche y primen un transporte público de calidad y asequible para todas las personas, así como una red vial ciclista que permita que todas las personas, independientemente de su edad o condición física, se puedan desplazar de forma segura.

En un encuentro online acogido por Ecologistas en Acción en el que se presentó la experiencia de #RevueltaEscolar, diferentes miembros de la iniciativa relataron su experiencia en las distintas ciudades participantes.

En el caso de Madrid, destaca que en dos centros escolares han logrado limitar los coches durante los horarios de entrada y salida a las aulas, con el consecuente aumento de la salud acústica y medioambiental y también, de la autonomía infantil.

Como ya tratamos en Etiqueta Zero, la movilidad sostenible da mayor autonomía a las niñas y niños y libera de parte de la carga de trabajo doméstico a las madres y padres.

Yetta Aguado, de Madres por el clima, cuenta que #RevueltaEscolar «es diferente en Madrid respecto a otras ciudades como Barcelona o València porque desde el gobierno de estos municipios se ha hecho una apuesta más o menos decidida o suficiente para las familias. Hay una apuesta por cambiar el modelo de movilidad. En Madrid nos encontramos en la situación contraria. Desde la propia campaña electoral se venía anunciando unas medidas en contra. Después, por exigencias europeas, han tenido que cambiar a favor de la movilidad sostenible, pero esto no se está haciendo de una manera integral, desde nuestro modo de ver. Tenemos constancia de centros que, por contexto covid, han demandado cambios y no han tenido respuesta por parte del Ayuntamiento».

Aguado remite a School Streets, una iniciativa de Londres aplicada a los centros escolares que ha conseguido reducir la contaminación en un 23% solo cortando el tráfico en la entrada y salida de los centros. «Si es viable en Londres, ¿por qué no en Madrid? Es cuestión de voluntad».

La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) advirtió del peligro que supone la contaminación del aire para el desarrollo de alergias respiratorias o asma en niños. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un 93% de la población infantil global está expuesta a niveles de partículas finas más altos de lo permitido.

El grupo municipal Más Madrid solicitó recientemente que la Ordenanza de Calidad del Aire se incluya la posibilidad de crear espacios especialmente protegidos frente a la contaminación como entornos escolares y sanitarios.

El partido político contempla los cortes temporales en los horarios de entrada y salida para los colegios que lo soliciten, ampliación del espacio peatonal y protección de los centros escolares frente al ruido y la contaminación. Según este grupo, las actuales políticas en movilidad de la ciudad están enfocadas hacia el vehículo privado.

Pacificar el tráfico, no solo en los entornos escolares de las grandes ciudades

En las zonas rurales, la pacificación del tráfico es sobre todo una cuestión de seguridad. Crear caminos escolares seguros es esencial para evitar accidentes, potenciar una movilidad sostenible y una autonomía mayor. Los caminos seguros son la solución para evitar que los menores no tengan que ser acompañados en vehículo privado, un medio de movilidad especialmente empleado en estos municipios ya que en muchos casos la red de transporte público no consigue cubrir las necesidades de la población.

El concepto de seguridad no es un término estático. Que aquellas personas, mayores o menores de edad, se sientan seguras en el entorno escolar no depende tan solo de los mecanismos físicos de protección del tráfico o las infraestructuras instaladas, la seguridad pasa por la percepción personal y esta, es positiva si se practica una movilidad sostenible continuada en el tiempo y una visible reducción del uso del tráfico.