Ilustración: Patricia Bolinches
En España ya hay cinco cooperativas de coche compartido y eléctrico que suman más de 2.000 socios y que están fomentando esta forma de movilidad y una filosofía de vida basada en el consumo responsable y ecológico, hacer las ciudades más vivibles, impulsar la convivencia y la protección del medio ambiente.
De hecho, el coche privado se utiliza en el 45% de los desplazamientos y de media tiene 1,5 ocupantes por trayecto, según la Encuesta de Movilidad Cotidiana. Por otra parte, un estudio reciente de la organización Ecologistas en Acción revela que un coche está aparcado el 97% del tiempo de su vida útil.
Y ante este panorama están surgiendo en diversas ciudades españolas iniciativas de ciudadanos que tratan de tomar el control de su forma de desplazarse. Y no se trata solo de la movilidad. Esta es casi como una excusa para desarrollar una filosofía de vida basada en el consumo responsable y ecológico, fomentar una vida saludable, hacer las ciudades mas vivibles, impulsar la convivencia, la solidaridad y la protección del medio ambiente.
Hablamos de las cooperativas de coche compartido y eléctrico. Una alternativa a las empresas tradicionales de car sharing que está empezando a crecer en España. Estas cooperativas toman como modelo lo que ya está implantado en otros países europeos como Suiza, Austria, Bélgica u Holanda entre otros. De momento en España existen cinco cooperativas: Son Mobilitat (Cataluña), Alterna Coop (Valencia); Ecotxe (Baleares), Nosa Energía (Galicia) y Conecta MovEl (Madrid).
Cooperativas sin ánimo de lucro de consumidores y usuarios
El modelo de negocio elegido ya dice mucho de los principios que rigen estas agrupaciones. Son cooperativas sin ánimo de lucro integradas por consumidores y usuarios. Se trata de fomentar el coche compartido, pero con vehículos eléctricos y compartirlos con los socios que viven en el mismo barrio o municipio.
La idea es que los socios de la cooperativa compren coches eléctricos de forma colectiva, que luego puedan ser alquilados por ellos mismos en la modalidad de carsharing. «No se trata de poner más coches en las calles, sino de retirarlos. Este modelo tiene tres ventajas muy claras. Por un lado protegemos el medio ambiente, ya que el vehículo eléctrico es menos contaminante. Además, al ser compartido no hay tantos vehículos privados circulando y reducimos la saturación y los atascos. A ello se suma una ventaja económica, no hay que comprar un coche y asumir todos los costes que supone, sino que solo se paga por uso (4,5 euros la hora o 45 euros todo el día)», explica Vicent Garcia, presidente de la cooperativa valenciana Alterna Coop.
Hacerse socio de una de estas cooperativas va desde los 10 euros de Som Mobilitat y Alterna Coop, pasando por los 20 euros de Conecta MovEl a los 100 euros de Ecotxe y los 200 euros de Nosa Energía.
A través de una aplicación móvil los socios podrán hacer la reserva del vehículo en función de sus necesidades. Como la cooperativa no tiene ánimo de lucro, se pagará por cada uso que se haga del vehículo a precio de coste y con todos los gastos incluidos: aparcamiento, combustible, seguro, mantenimiento y limpieza.
«En el modelo de cooperativa, son las personas o los consumidores quienes deciden y gestionan la empresa, no los inversores. Con las nuevas tecnologías, es muy fácil y barato de hacer y el servicio se deja implantar por todo el territorio según el modelo distributivo. Al final, el consumidor decide el sistema que más le conviene», explica Arnau Vilardell, cofundador de Som Mobilitat.
Som Mobilitat, con sede en Mataró, es la más grande. 1.100 socios y 400 usuarios de su servicio principal: un carsharing eléctrico con energías renovables. Ofrece servicio en 8 ciudades catalanas y tiene 17 coches eléctricos, que se pueden reservar a través de una app desarrollada conjuntamente con otras cooperativas europeas.
También venden bicicletas eléctricas, “son un buen vehículo para sustituir al coche en desplazamientos de corta duración. Lo intentamos con las motos eléctricas pero de momento han quedado descartadas y es posible que en un futuro ofrezcamos patinetes eléctricos”. Además tienen acuerdos con otras cooperativas, empresas e instituciones como Abacus o el TecnoCampus de Mataró para que sus trabajadores puedan utilizar los vehículos eléctricos de la cooperativa.
De la experiencia de Som Mobilitat aprendieron en Alterna Coop para desarrollar su modelo de cooperativa de coche compartido. Porque uno de los principios de este modelo es la colaboración. Tal y como han manifestado en diversas ocasiones Vilardell, «queremos traspasar nuestra experiencia no crecer expandiendo Som Mobilitat. Cada cooperativa tiene que gestionar su propio territorio. Para nosotros es difícil pensar cómo se mueve la gente en otras comunidades. Preferimos ayudarles para que lo hagan ellos».
Renault Zoe, el preferido por las cooperativas
El utilitario eléctrico francés fue lanzado en 2012, y hoy por hoy, es uno de los eléctricos más vendidos en Europa, con más de 50.000 unidades entregadas a clientes. Renault es líder en movilidad eléctrica, con 100.000 unidades vendidas desde que iniciara el programa Z.E. en 2011.
Renault ZOE es el primer coche eléctrico capaz de ofrecer una autonomía de 300 km en condiciones de uso reales, según la marca francesa.
Usuarios de Alterna Coop y Som Mobilitat.
Alterna Coop, la experiencia valenciana
Así Alterna Coop, con sede en Albalat del Sorells cuenta en la actualidad con casi 400 socios en los grupos locales de Albalat del Sorells, Benimaclet, València y Burriana y ya tienen tres coches eléctricos compartidos y proximamente dispondrán de una furgoneta eléctrica para el reparto de los productos de Som Alimentació, una cooperativa que vende produtos ecológicos y locales con la que colaboran. Todos sus vehículos se recargan con energía 100% renovable. «No tendría sentido hacerlo de otra manera. Si estamos fomentando una movilidad sostenible, la recarga tiene que provenir de energia renovable, no de otras fuentes», afirma Vicent Garcia.
Además, el origen de Alterna Coop está en la cooperativa de energía Som Energía, que produce energía eléctrica a partir de fuentes renovables. «Después de ocho años de funcionamiento decidimos ampliar nuestros servicios y apostar por la movilidad eléctrica compartida. Nos pusimos en contacto con Som Mobilitat, para replicar su modelo», recuerda Vicent Garcia.
Para ampliar su presencia han puesto en marcha el Plan A. «Buscamos a esas personas que ya saben que es mejor andar y usar el transporte público o la bicicleta, pero que de vez en cuando necesitamos un coche, y con este Plan “A” queremos localizar a nuestra masa social, para dar un giro a la movilidad en Valencia mediante vehículos eléctricos de uso compartido», afirman desde la cooperativa.
«Después de ocho años de funcionamiento decidimos ampliar nuestros servicios y apostar por la movilidad eléctrica compartida. Nos pusimos en contacto con Som Mobilitat, para replicar su modelo», recuerda Vicent Garcia, presidente de Alterna Coop.
La acogida de este proyecto entre las administraciones ha sido desigual. Vicent Garcia explica que en Albalat del Sorells han llegado a un acuerdo con el ayuntamiento para que ellos financien la adquisición de un coche eléctrico que se utilizará desde el consistorio entre semana de 8 a 15 horas y el resto del tiempo podrán disponer de él los socios de la cooperativa.
Sin embargo, en València no les han acogido tan bien. «No han entendido nuestro proyecto, pensaban que éramos como las empresas de carsharing o motosharing, pero nuestro objetivo es totalmente diferente. No queremos poner más coches en la ciudad, si no ayudar a retirarlos. Para circular por València nosotros fomentamos el uso del transporte público, la bici o andar».
Otra de las iniciativas de esta cooperativa valenciana es la emisión de títulos participativos para financiar la puesta en marcha del servicio de movilidad eléctrica compartida y la compra de vehículos eléctricos.
De momento han conseguido 43.500, de los 75.000 euros de la primera ronda de títulos. Cada socio puede aportar entre 500 y 5.000 euros y reciben un interés anual del 3%. «Además hay que tener presente la rentabilidad social y ambiental. Por cada vehículo compartido eliminamos de nuestras calles alrededor de 10 vehículos de uso privado».
Además esta cooperativa colaboran con iniciativas para reducir la factura energética, fomentar el autoconsumo a través de la instalación de módulos fotovoltáicos o con proyectos como Recuperar L’Horta, cultivos ecológicos o con la puesta en marcha de un programa de plantaciones de árboles con fines medioambientales en campos periurbanos de difícil explotación agrícola.
Mallorca, Galicia y Madrid, las más jóvenes
Con 152 socios y 136 usuarios, la mallorquina Ecotxe cuenta con dos coches eléctricos en Palma de Mallorca. Al igual que sus compañeras catalana y valenciana, su objetivo es fomentar una movilidad, donde el coche eléctrico compartido sea una más dentro de varias alternativas sostenibles, como el transporte público, la bicicleta o caminar. Además desde Ecotxe promueven que ese ese coche eléctrico sea recargado con suministro proveniente de energías renovables. Para ello han llegado a un acuerdo con la cooperativa eléctrica Som Energia que produce energía eléctrica a partir del energía eólica, solar, biogás o biomasa.
Precisamente la comercialización de energía eléctrica de origen renovable certificado es el origen de Nosa Enerxía, una cooperativa de consumidores y usuarios gallega que ha puesto en marcha un servicio de movilidad con coche eléctrico para sus 585 socios. Esta cooperativa contará a finales de 2019 con un modelo del Sion de Sono Motors, el primer coche eléctrico que funciona con energía solar.
De más reciente creación es la madrileña Conecta Movel, constituida a finales de 2018, con el apoyo de Som Mobilitat. Son poco más de 23 socios. En principio, su manera de funcionar será a través de la cesión de uso de los coches eléctricos de terceros que quieran colaborar en favor de la cooperativa. De momento, ya hay un preacuerdo con uno de los socios y esperan alcanzar los 15 automóviles en los próximos años.
El primer eléctrico que funciona con energía solar
La inspiración que llega de Europa
La inspiración para estos ciudadanos han sido las diferentes cooperativas de car sharing que existen en Europa. Principalmente Mobility, una cooperativa con sede en Zurich (Suiza) con veinte años de historia. Mobility está compuesta por cien mil socios y dispone de más de 3.000 vehículos de diferentes tipos, entre ellos diferentes variantes del Renault Zoe, repartidos por más de 1.600 estaciones a lo largo del país helvético.
También la belga Partago ha influido en muchas de estas cooperativas españolas. Principalmente en la parte de la tecnología, ya que Partago ha compartido con Som Mobilitat todo el desarrollo tecnológico de la aplicación. Además, junto con la valenciana Alternacoop, Het, Lochem Energie y Cooperatie Auto, de los Países Bajos; así como UrStrom y Energiegewinner, de Alemania han constituido The Mobility Factory, una cooperativa de segundo grado que les permite intercooperar, gestionar conjuntamente la tecnología para compartir vehículos y dar mejores servicios. Pero estas no son las únicas cooperativas de coche compartido que existen en Europa. Cerca de Munich trabaja Auto-Teiler e. V., una asociación como la danesa Albertslund Delebil o la inglesa Moorcar.
Estas cooperativas demuestran que hay una manera de entender la movilidad y la economía más respetuosa con el medio ambiente y menos interesada en hacer negocio. La ciudadanía cada vez está más decidida tomar las riendas y acometer proyectos que expongan que modelo de ciudad y de sociedad quieren: más centrada en las personas, más solidaria y responsable y más ecológica.