Automóviles de medio mundo frenan gracias a los componentes de la empresa navarra Seinsa, una compañía que destaca por su importante apuesta por la I+D+i y que ha llevado a cabo un proceso de reflexión sobre la forma en que frenarán los coches del futuro. Y lo tienen claro: al sistema hidráulico actual le queda una larga vida por delante.

Seinsa, nacida en 1972 en la localidad navarra de Eugi, fabrica recambios para sistemas de freno, suspensión y transmisión para 85 marcas automovilísticas de todo el mundo y da trabajo a 300 personas. A los ocho años de su creación ya era líder en el mercado doméstico. Ahora lo es a nivel europeo.

Perteneciente al grupo Azkaetxa, Seinsa cuenta con tres factorías en Navarra y una cuarta en Chennai (India), inaugurada en 2005, que la ha permitió entrar en otros mercados, principalmente en Estados Unidos.

En este momento, cuenta con una gama de 13.000 referencias de piezas y unos 5.000 kits diferentes de reparación, ha explicado , director general del grupo y de la empresa Seinsa.

En plena pandemia de covid-19, esta empresa navarra, reconocida por Innobasque como la más innovadora por su modelo de gestión basado en el desarrollo de las personas, ha puesto su departamento de I+D a explorar oportunidades y a estudiar el futuro del sector del automóvil.

Las investigaciones se han llevado a cabo en su centro del municipio de Eugi, de poco más de trescientos habitantes, ubicado en el valle de Esteríbar, donde la empresa cuenta con un equipo que integran jóvenes y veteranos aportando su conocimiento y creatividad.

«Estamos muy focalizados en el futuro. Hemos desarrollado equipos concretos que se dedican a pensar en Seinsa a cinco o seis años e incluso más allá, en el ámbito del desarrollo de negocio, pero sobre todo en el ámbito técnico», ha destacado Espinosa.

Una de las conclusiones es que la tipología de piezas de frenado, incluso con la llegada del coche eléctrico, no va a experimentar grandes cambios.
«Larga vida al freno hidráulico» sería el lema que resume las conclusiones de este grupo de investigación. Así, a cinco o diez años, aunque el sistema de frenado cada vez incluye más electrónica, el coche «va a seguir frenando en hidráulico» y el caucho va a seguir siendo utilizado para muchos de los componentes.

Incluso, según ha apuntado Espinosa, puede volver un viejo conocido de los fabricantes del sector: el freno de tambor. «En el coche eléctrico han reducido mucho el peso y se va a modelos, sobre todo urbanos, más pequeñitos», en los que este sistema, ahora en desuso, es muy eficiente.

Internacionalización frente a la crisis

La compañía navarra ha encarado la crisis de forma exitosa e incluso cuenta con un importante plan de expansión gracias a una «metodología de gestión anticrisis» basada en el impulso del conocimiento colectivo, el trabajo en equipo y la innovación, que la empresa quiere poner a disposición del sector. También sus conocimientos adquiridos en el proceso de internacionalización.

En el marco de ese programa, Seinsa ha invertido una media de cuatro millones de euros anuales. Los equipos de alto rendimiento innovador surgidos en este proceso revisaron todos los elementos de la organización: procesos, tecnologías, automatización productiva, desarrollo de nuevos productos y servicios, robótica logística, y marketing para nuevos mercados.

«Ese el mantra de Seinsa, el innovar a través de las personas y que sea la innovación lo que nos mueva, no solo el servicio y producto, sino todo el conjunto», ha declarado Espinosa. Y en la empresa navarra quieren compartir su experiencia: «Lo que buscamos en Seinsa es ponerlo al servicio de otros. Lo que ha sido bueno para nosotros, que sea bueno para otros».

Gracias a esta metodología, la compañía navarra registra un resultado espectacular en su cuenta de resultados. Ha crecido en los últimos años una media del 10 % anual, hasta superar en 2019 los 22 millones de facturación. En los últimos 5 años ha tenido un crecimiento sostenido anual de facturación de dos dígitos y unos beneficios superiores al 15 % de forma sostenida.

Además, el 98 % de sus ventas corresponden a la exportación a 85 países. «Nuestro foco es totalmente externo», ha señalado el director de la empresa, quien ha apuntado que, a pesar de la incertidumbre, ven en el mercado «oportunidades de crecer de forma importante en estos años que vienen». De hecho, la empresa tiene un plan de expansión para crecer un 40 % en los próximos tres años.

En todo caso, Espinosa tiene claro que, aunque se prevén grandes cambios en la manufactura de los vehículos, muchas de las tecnologías empleadas en la actualidad se van a mantener en los nuevos coches. «Lo que sí vemos es una incorporación de la sensórica bestial dentro del automóvil», ha precisado.

A juicio de Espinosa, España está bien posicionada en este proceso, pero «cada uno lo ve desde su atalaya». En su caso, «sí que es un negocio que funciona, que da su rendimiento», aunque «hay que tener visión, hay que apostar y hay que trabajar duro todos los días».