Pla Respira, un paso en la humanización del centro de València
Por Lidia Caro Leal · Fotos: Kike Taberner | Reportajes
El centro de València camina hacia la mejora ambiental y de salud con el ‘Pla Respira Valencia Centre’, un conjunto de actuaciones para alejar el tráfico y avanzar en la movilidad sostenible que han generado dudas entre algunos sectores.
De forma simplificada, podríamos decir que el Pla Respira es nuestro Madrid Central: una actuación de carácter municipal para convertir una área urbana en una zona de baja emisión –también llamada LEZ, siglas de Low Emission Zone o Zonas Urbanas de Atmósfera Protegida (ZUAP)–. Estas zonas buscan restringir el paso de los vehículos contaminantes. Según un informe de la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente, Madrid logró una reducción del 32% de polución por dióxido de nitrógeno, la mayor entre las capitales europeas analizadas. El informe señala el éxito y a la vez insta a que las ciudades no se duerman en los laureles: Las LEZ deben mutar en zonas de movilidad de cero emisiones (ZEZ) y complementar las políticas que promueven los desplazamientos caminando, en bicicleta, patinete, con transporte público o car sharing eléctrico.
Pero València no es Madrid ni es Copenhagen. «València nunca podrá ser Copenhague porque València es otra cosa, ni mejor ni peor, es otro tipo de ciudad». La frase es de Francesc Arechavala, consultor y director de proyectos de movilidad urbana. ¿El Pla Respira se está mirando en los modelos de otras ciudades o es consciente de su localización? «No lo creo. Existen muy buenos profesionales aquí que saben aterrizar perfectamente los proyectos urbanos a las necesidades del ámbito. El problema está en cómo se comunica. En temas de movilidad, Holanda o Dinamarca han trabajado muy bien la planificación ciclista y han sabido venderlo aún mejor. Por otro lado, ellos tienen muchas bicicletas y nosotros muchos peatones. Podemos coger ideas, aprender y compartir experiencias, pero no exportar su modelo. Nos ha faltado trabajar de manera clara la movilidad peatonal. No hemos sabido poner en valor el peso que tiene el peatón. Tarde, pero estamos ya en ello. Entiendo que el Pla Respira rompe con esa tradición de olvidar al peatón y lo pone en la agenda política, entrando con fuerza en el corazón de la ciudad».
Pla Respira, un conjunto de actuaciones de urbanismo táctico
«Con urbanismo táctico nos referimos a las actuaciones en pequeña escala que se pueden testear y son reutilizables». Guiseppe Grezzi, concejal de Movilidad Sostenible e Infraestructuras de Transporte Público, usa el concepto para explicar los primeros movimientos que se pueden apreciar, como la controvertida actuación de la plaza del Ayuntamiento. «Es una conquista del espacio público a base de movimientos de peón, con el menor dinero posible, maximizar el beneficio y que esté medianamente bien. Por ejemplo, en La Lonja pusimos jardineras y recuperamos el entorno. Ha tardado más de lo esperado, sí, pero no se ha eternizado».
El urbanismo táctico es un concepto que desecha el proceso tradicional de proyecto y obra y hace que la ciudadanía se apropie rápidamente del espacio público a través de acciones concretas e inmediatas. Su metodología obliga a contextualizar el ámbito de actuación, hacer demostraciones previas para ver qué funciona, implementarlo y por último, tras analizar su funcionamiento, urbanizar de forma definitiva.
El Pla Respira va más allá que las actuaciones de urbanismo táctico. Estas han sido la herramienta para poder implantar los cambios funcionales, unas obras que serían imposibles de acometer con una urbanización tradicional debido a los largos procesos administrativos para tramitar el concurso y el alto coste de la intervención. Mínima inversión, rápido resultado. Ahora bien, no hay que descuidar su carácter provisional, con todos los riesgos que implica.
La marca del plan
La agencia Ladies & Gentlemen es la responsable de la creación de la marca que hace de paraguas para la estrategia que quiere mejorar calidad de vida en el centro histórico. «La petición por parte del Ayuntamiento era darle un nombre y una imagen a un plan de humanización/peatonalización en distintos puntos emblemáticos del centro de la ciudad. Que la ciudadanía lo pueda observar como un todo y no como actuaciones sueltas». Noelia Terrer y Carlos Rubio, directores de la agencia, querían crear una marca cercana e institucional: «La comparativa más directa (sin ser lo mismo) es Madrid Central. Pero a nivel gráfico no tiene nada que ver. “Humanizar” es una idea clave en el proyecto. Es la esencia: el centro de la ciudad es para que lo disfruten todas las personas. El concepto nos pide cercanía, sostenibilidad, civismo, amabilidad, frescura y progreso. Esto se ve en el naming, introduciendo ese elemento no tan formal, RESPIRA, dentro de una frase de formulación muy técnica, propia de este tipo de denominaciones (pla “respira” valencia centre). Y en el propio logo, al convertirlo sutilmente en una personita que también disfruta de esa nueva movilidad».
La marca se aplicará dentro de la plaza, con banderolas y separadores a pie de suelo, en señales y en un elemento interactivo corpóreo a modo de icono situado en el centro de la plaza.
La plaza del Ayuntamiento, a examen
Grezzi explica que las actuaciones de la plaza del Ayuntamiento parten de «un estudio de la EMT, con el que luego buscamos la fórmula definitiva en todo el entorno de la plaza. El diseño se ha hecho para garantizar el servicio de la EMT, el acceso de vecinos y el vial que solicitaron los comerciantes. Hemos recuperado para 12.000 metros cuadrados, espacio por el que antes circulaban más de 10.000 coches». Según el concejal, en el futuro se convocará un concurso público de ideas de cómo debería ser el proyecto de urbanización definitivo. Sobre la base de las propuestas se hará el pliego. Esto recogerá tanto las conclusiones del proceso de participación ciudadana puesto en marcha por Paisaje Transversal como los testeos.
Desde La Paisatgeria, el colectivo encargado de la transformación de la plaza, explican que el concepto del encargo era un “Estudio de urbanización mediante actuaciones tácticas de la Plaza del Ayuntamiento que permita la materialización de la nueva red de transporte en ese entorno”. «A priori, parecía que todo tenía que girar en torno a una planta viaria previamente definida para garantizar su utilización. Desde el principio hemos insistido al Ayuntamiento que esta actuación debía entenderse como una intervención que abarcara todo el ámbito, posibilitando la apropiación del espacio ganado. Así que, aunque empezó casi como un proyecto de delimitadores para el carril bus (que es la fase que se ha ejecutado ahora), el proyecto es global y contempla la intervención en todo el espacio ganado; con juegos, mobiliario urbano suelto, elementos de sombra, pintura, un pequeño escenario…».
Parte del colectivo de diseño y arquitectura de la ciudad se ha mostrado muy crítico con las actuaciones emprendidas hasta el momento. Víctor Palau, director y editor de la revista Gràffica, cuya oficina está ubicada en la plaza, no lo ve como un proyecto sólido: «Es de estudiantes, la peatonalización está bien pero así de entrada… es poco sensible, no se ve una participación ciudadana. No me metería tanto de momento en que si es bonito o feo, que son criterios subjetivos, sino del hecho de que no está pensado, no se han tenido en cuenta todas las necesidades del entorno. No hay intención de crear un nuevo espacio con una nueva manera de convivir con la ciudad, sino que es reordenar y recolocar. Se centra mucho en los flujos del transporte». En artículos posteriores a estas declaraciones, Palau califica de vergonzosa la actuación en la plaza y señala el coste que supone para la credibilidad del diseño.
Desde la iniciativa València Capital del Disseny, valoran negativamente el proceso de contratación y una mayor consulta a los distintos colectivos profesionales de arquitectos, interioristas o diseñadores. Consideran que escuchar a todos los actores es «El camino para concienciar de que el diseño es la mayor herramienta de transformación social y uno de los vectores de este proyecto». Respecto a la evaluación final, esperan a que estén más avanzadas las intervenciones.
Grezzi arguye la frase latina nulla ethica sine aesthetica para defender los elementos visuales seleccionados y el mobiliario urbano, entre los que se encuentran los criticados maceteros producidos por la empresa Bertolín. En La Paisatgeria concuerdan: «Lo que ocurre es que la estética es la propia del urbanismo táctico. Las premisas son claras: los elementos tienen que ser económicos, no tiene sentido invertir grandes cantidades en algo que es temporal y sirve para testear la eficacia de la solución. Cuando ya está comprobado que funciona, se puede hacer una inversión mayor con calidades más altas».
El cromatismo seleccionado tinta el suelo de tonos rojizos y los maceteros de una gama de «colores que evocan a tonos mediterráneos. Le sumamos la vegetación, porque no son unos simples delimitadores, sino jardineras de diferentes tamaños que difuminar la linealidad del límite y añaden biodiversidad en la plaza. La vegetación responde a varios criterios como su adaptabilidad y contraste con la jardinería actual».
«Respecto a esta fase, que es provisional, hay que darle tiempo. Es como ver una falla cuando todavía no está plantada y decidir que no te gusta. Para entendernos, es como una especie de prólogo a una novela». Terrer y Rubio reiteran así su apoyo al consistorio.
Presupuesto y transparencia en la plaza
A las críticas estéticas se suma la alarma que ha provocado el traslado del expediente de contratación del diseño temporal a la Agencia Valenciana Antifraude. La adjudicación directa –popularmente, un contrato “a dedo”– ha suscitado el recelo de otros grupos municipales por diversos factores. Uno de ellos es la antigua relación entre Elena Azcárraga, la actual directora general de la Vivienda y La Paisatgeria, donde Azcárraga era socia hasta seis días después de su nombramiento en el pleno del Consell, cuando el colectivo ya conocía la adjudicación. Sin llegar a ser ilegal, la situación provoca inquietudes respecto a la transparencia del proceso.
Estos contratos menores sin licitación previa se realizan por cantidad o por emergencia. Siendo este caso lo primero, en el que hay un límite de 15.000€, como indica la Ley de contratos del Sector Público. En este caso se resolvió por 14.950€, 50€ del límite. La recomendación de la Administración del Estado es suscitar ofertas y aportar tres presupuestos al expediente.
Un proyecto de la EMT
La peatonalización de la plaza y la remodelación de la red de EMT (con la creación del doble carril EMT/taxi en la calle Colón y la línea C1) forman parte del ethos del Pla Respira. La humanización del centro, la reducción de las emisiones contaminantes y el fomento de la movilidad sostenible son objetivos de los cambios impulsados por la Empresa Municipal de Transportes. La reducción del acceso al centro de los vehículos implica también a los buses: «La línea C1-Centro Histórico es la única que entra a la plaza por calle la Paz, plaza de la Reina y San Vicente, lo que permite reducir el tráfico y la emisión de gases contaminantes (todos los vehículos de la C1 son híbridos o eléctricos), a la vez que se garantiza la accesibilidad al centro de la ciudad en transporte público». Desde la empresa municipal añaden una explicación sobre cómo los cambios mejoran el servicio: «La red de EMT tenía una configuración radial en la que la plaza del Ayuntamiento era el nodo principal. Los autobuses se molestaban entre ellos, reduciendo considerablemente la velocidad comercial y en consecuencia, empeorando la frecuencia. La reordenación permite itinerarios más directos y rápidos».
Según la EMT, «Los intercambiadores juegan un papel clave porque permiten la intermodalidad en el transporte urbano y dotar de mayor competitividad al transporte público. Además de permitir el intercambio entre las diferentes líneas, ofrecen la posibilidad de combinar con otros modos de transporte. Un claro ejemplo de ello es el intercambiador de Xàtiva-Estació del Nord, el primer intercambiador intermodal de València, ya que combina cuatro medios de transporte públicos: autobús, anillo ciclista, metro y Cercanías. Los intercambiadores mejoran la movilidad urbana, cualquier persona que llegue en autobús (u otro medio de transporte público) desde cualquier punto de la ciudad o del área metropolitana a uno de los intercambiadores puede ahora, con un solo transbordo, coger la C1 (que tiene una alta frecuencia de paso) y llegar al centro de la ciudad». Arechavala pone que sean necesarios por el tamaño de la ciudad: «El ratio de intercambio es muy bajo, plantear una red en el centro en el que obligues a intercambiar me genera dudas».
Tras las plazas, las avenidas
La pacificación del tráfico no acaba con las prohibiciones de acceso. Como señala Arechavala, «El principal reto que tiene València para pacificar el tráfico a corto plazo es la gestión del estacionamiento. En Valencia solo existen 5.500 plazas de zona ORA mientras que Pamplona, con 200.000 habitantes tiene 25.000 plazas de estacionamiento reguladas en superficie. Disponer de tantas plazas libres en superficie produce un efecto llamada. Y el principal problema no es València, donde el 70% de los desplazamientos internos a la ciudad se hacen en modos sostenibles, sino metropolitano. El 70% de los desplazamientos metropolitanos hacia València se hacen en coche».
Plaza y avenidas. La gran estrategia pública de recuperación del espacio proyecta la peatonalización de grandes avenidas como la del Puerto, donde se reducirá la cantidad de carriles de la vía. En Pérez Galdós y Giorgeta se eliminará un carril de circulación por sentido con el fin de ampliar las aceras y facilitar el flujo de bicicletas y autobuses. Colón es otra de las grandes beneficiadas del Pla Respira, en la comercial calle se ha añadido un segundo carril bus, además de modificar el sentido del primer tramo.Con las mencionadas actuaciones sobre el espacio público el coche deja de ser el rey, pero no es expulsado de la corte. Además de que en comparativa con otras ciudades como Valladolid nuestro plan no es tan ambicioso, pecamos de meninfotisme, la carencia autóctona por la apreciación. «En València me cuesta ver, de forma generalizada, esa estima hacia lo público, lo que hace que las críticas sean siempre más viscerales que racionales», añade Arechavala.
No dejemos que el cemento de los maceteros no nos deje ver el bosque urbano.