Un mayor y más eficiente uso de las nuevas tecnologías como la digitalización constituirá la mejor herramienta a corto plazo y en el futuro para resolver los actuales problemas de la movilidad urbana y mejorar así su sostenibilidad, según han explicado varios expertos
Disminuir los atascos o aumentar la disponibilidad de plazas de aparcamiento no son los únicos desafíos que afronta la movilidad urbana, sobre todo en las ciudades en crecimiento que empiezan a adquirir un cierto tamaño: también es necesario trabajar en trayectos más seguros y eficientes y menos contaminantes.
Así lo advierten especialistas como Raúl Estévez, responsable de Big Data del Observatorio de Sostenibilidad, quien ha recordado que «el 25% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero corresponden, principalmente, al transporte», por lo que fomentar la movilidad urbana de una manera eficaz «podría reducir hasta una cuarta parte de las actuales emisiones».
Estévez está convencido de que la aplicación de nuevas tecnologías podría tener «efectos muy positivos» sobre la movilidad urbana, por ejemplo a la hora de diseñar soluciones «con el objetivo expreso de facilitar la movilidad con bajas emisiones en las ciudades».
Éste es precisamente uno de los objetivos del municipio madrileño de Alcobendas a través de su centro de investigación digital donde, según ha explicado el director de la oficina de atracción de inversiones Alcobendas Hub, David Antelo, ha sido posible «reducir la concentración de dióxido de nitrógeno de entre 31/291 microgramos por metro cúbico que había en el aire en 2019 hasta una cantidad que actualmente oscila entre los 4/70 microgramos».
Si bien el dato de 2021 «debe ser ajustado debido a las restricciones de movilidad» vigentes en este momento, la tendencia decreciente indica que las medidas en materia de movilidad sostenible aplicadas en Alcobendas «están dando sus frutos», según Antelo.
En el caso de esta localidad del norte de Madrid, la digitalización ha permitido, entre otras cosas, crear plataformas que permiten hacer un trayecto optimizado, tanto para el usuario como para el medio ambiente, en distintos vehículos.
Además, ha sido posible desarrollar plataformas que conectan los vehículos entre sí y que generan alertas en el caso de la ralentización del tráfico, para prevenir a otros conductores y que puedan tomar rutas alternativas.
Estévez considera que este tipo de iniciativas «va por el camino adecuado y necesario» pero el problema es que «no son zonas aisladas, ya que Madrid pertenece a una gran área metropolitana interconectada en su movilidad urbana, por lo que es ahí donde se deben dirigir los esfuerzos» a la hora de desarrollar este tipo de soluciones creativas.
Ambos especialistas coinciden en que aplicar las tecnologías digitales a la movilidad sostenible es una estrategia que necesita de «diálogo entre las administraciones responsables y los diferentes actores» a todos los niveles, tanto universidades, como centros de investigación o empresas y emprendedores.
Los principales retos de la movilidad sostenible están, según Antelo, centrados en el cuidado del medio ambiente y la lucha contra los efectos negativos del cambio climático ya que «no entienden de fronteras ni de niveles de administración».
Por ello, ha defendido la utilidad de aplicar iniciativas como la de Alcobendas Hub a nivel nacional puesto que «repercutiría favorablemente en todas las ciudades y regiones del país, además de colocar a España en la vanguardia de la innovación de la Unión Europea».