Los delegados del Consejo europeo (países de la UE) y de la Eurocámara han acordado reducir en un 37,5% el promedio de emisiones de CO2 en los automóviles nuevos con vistas al año 2030, y en un 31% para furgonetas.
Antes del comienzo de las negociaciones entre las dos instituciones europeas, los eurodiputados habían sido los más ambiciosos, al abogar por un descenso del 40% para los automóviles, mientras que los Estados miembros defendieron un descenso del 35%.
La federación Transport & Enviroment (T&E) advierte sobre la falta de ambición de los límites de emisiones de CO2 acordados por el Parlamento y el Consejo europeo, dado que están «muy por debajo» de lo que se precisa para alcanzar los objetivos climáticos de la Unión Europea (UE) para 2030.
Asimismo, recuerda la federación en un comunicado, este acuerdo está muy por debajo de lo que se requiere para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. Para T&E, el recorte del 37,5% para 2030 es una «mejora muy débil propuesta por la Comisión de solo el 30%», han apuntado.
Por su parte, el vicepresidente de la Comisión para la Unión de la Energía, Maroš Šefčovič, ha afirmado que «el acuerdo es otro paso en la adopción del Acuerdo de París, pero también otro paso decisivo para apoyar la competitividad a largo plazo de la industria europea, ya que esto estimulará la inversión en baterías y otras tecnologías clave. Estamos enviando una señal política clara a la industria, los inversores, los clientes y las autoridades. Nuestro objetivo final es que los mejores automóviles, los más limpios y los más competitivos se produzcan en Europa, que usen la mejor infraestructura y la más moderna, y que reduzcamos la contaminación del aire».
Esta decisión puede tener importantes repercusiones en la industria del automóvil, ya que los fabricantes podrían tener que vender gran cantidad de vehículos libres de emisiones, como los automóviles eléctricos, para lograr el objetivo general.