«La etiqueta ECO se ha convertido en un reclamo comercial de las marcas», denuncia la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU). Según esta organización, en contra de lo que señalan las etiquetas medioambientales, muchos de los nuevos microhíbridos o mild-hybrid con etiqueta ECO contaminan más que vehículos de diésel y gasolina que disponen de etiqueta C. Estas son las principales conclusiones de un estudio llevado a cabo por la organización que se publica en el número de junio de la revista OCU-Compra Maestra.

Los microhíbridos, son vehículos con motores de combustión al que añaden un sistema eléctrico, de 48 V, que proporciona un ahorro de aproximadamente el 10% de combustible, y por tanto una reducción del 10% de emisiones contaminantes de CO2, micropartículas y NOx. Sin embargo, muchos de estos vehículos son coches grandes, muy potentes y con alta contaminación, por lo que, aunque se reduzca el 10% gracias al sistema microhíbrido, las emisiones finales seguirán siendo más altas que muchos coches con etiqueta C y motores de poca potencia. A pesar de la escasa reducción de emisiones, estos vehículos tienen el distintivo ECO por el mero hecho de contar con un pequeño sistema eléctrico auxiliar.

Mercedes-Benz S 500

Mercedes-Benz S 500, una lujosa berlina con un motor de gasolina con 435 CV y con etiqueta ECO. El ‘milagro’ de la microhibridación.

Reclamo comercial

Para esta organización, la etiqueta ECO de la Dirección General de Tráfico (DGT)se ha convertido en un reclamo comercial de las marcas que aprovechan el menor coste de los microhíbridos frente a otras tecnologías menos contaminantes para vender este tipo de modelos claramente favorecidos por el sistema de concesión de etiquetas ecológicas, aunque en muchos casos sean en realidad más contaminantes que otros vehículos más baratos.

La OCU considera que el actual sistema de concesión de etiquetas, aunque ha sido un buen paso inicial e importante para concienciar a los conductores, es un sistema injusto, pues está basado en las tecnologías del motor y no en las emisiones reales de los vehículos.

Seguún esta organización, «con este tipo de iniciativa se están promoviendo efectos perniciosos para el medio ambiente. El principal, alentar la jubilación temprana de coches con motor de combustión perfectamente eficientes, lo que va en contra del aprovechamiento de recursos que promueve la economía circular. Pero es que al mismo tiempo se permite al acceso a la ciudad a automóviles muy contaminantes (los más potentes) en días de alta contaminación».

Etiqueta Eco

La OCU denuncia al mismo tiempo que no hay datos oficiales sobre las emisiones reales de los contaminantes que perjudican a la salud (micropartículas y NOx) por lo que el sistema favorece a unos vehículos en perjuicio de otros sin un criterio objetivo.

El sistema de etiquetas ambientales condiciona el acceso de los ciudadanos a las áreas de circulación restringida de las grandes ciudades, discriminando en este caso a los dueños de coches que, aunque contaminan menos, tienen una etiqueta peor.

Por todo ello la OCU considera que debe revisarse el sistema de concesión de etiquetas medioambientales para que estas puedan cumplir su objetivo, que no es otro que clasificar a los vehículos de acuerdo con su impacto ambiental real.