La pandemia y sus efectos en la industria del motor tienen respuestas diferentes en Europa. Mientras que Alemania ha anunciado ayudas de 3.000 millones para la industria, el Reino Unido adelanta diez años la prohibición de que se vendan en su territorio vehículos con motores gasolina y diésel.

Ambos anuncios se han conocido este martes. El primero tras una reunión entre el Gobierno alemán, la industria automovilística y los sindicatos. El segundo lo ha anunciado el primer ministro británico Boris Johnson.

Alemania quiere seguir siendo un ‘país de automóviles’

Para ello el Gobierno alemán destinará 3.000 millones de euros a la industria automovilística nacional, con los que quiere contribuir a su transformación ecológica y su digitalización.

Según medios alemanes, éste es el resultado de la reunión mantenida por todas las tardes y de la que no ha habido comunicación oficial. «Alemania es un país de automóviles y lo va a seguir siendo», escribió en Twitter poco antes del encuentro el ministro de Economía, Peter Altmaier.

El acuerdo incluye destinar 1.000 millones para aumentar los incentivos para la compra de coches eléctricos (hasta 9.000 euros y no sólo para eléctricos, sino también híbridos) y alargar esta ayuda hasta 2025.

Otros 1.000 millones irán a un programa de renovación de camiones antiguos (E3, E4 y E5) de los sectores público y privado por otros más limpios (E6) y los restantes 1.000 millones para poner en marcha el denominado Fondo de futuro de la Industria Automovilística para apoyar al sector, especialmente a los proveedores de tamaño medio.

El paquete económico alemán contra los efectos de la pandemia aprobado durante la primera ola de la pandemia incluía ya 2.000 millones para el sector automotriz.

Reino Unido prohibirá la venta de vehículos diésel y gasolina en 2030

Boris Johnson ha comunicado este martes que se adelanta en diez años, a 2030, la prohibición de vender en suelo británico automóviles y furgonetas nuevos con motorizaciones diésel y gasolina.

Se salvan de esta prohibición los híbridos capaces de recorrer «distancias significativas sin emitir dióxido de carbono».

En paralelo, se invertirán 1.300 millones de libras (1.450 millones de euros) en acelerar la expansión de puntos de recarga eléctricos.

La medida es parte de un plan medioambiental estratégico, cuyos detalles se darán este miércoles, con el que Johnson quiere «crear y respaldar» 250.000 empleos en el Reino Unido, que el próximo año albergará en Glasgow la cumbre del clima COP26.

El anuncio del gobierno de la prohibición de la venta de nuevos vehículos diésel y de gasolina a partir de 2030 ha sido muy bien recibido por la ONG Transport & Environment (T&E). Sin embargo, T&E advierte que el compromiso seguirá siendo solo una aspiración hasta que haya un plan claro para cumplirlo. EFE