La organización ecologista Greenpeace ha analizado el grado de compromiso con la movilidad sostenible de doce ciudades evaluando el grado de cumplimiento de sus propios Planes de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS)

La movilidad de Bilbao podría ser un ejemplo para otras ciudades españolas. Esa sería una de las conclusiones del Ranking de Movilidad Urbana 2019 encargado por Greenpeace para evaluar el grado de compromiso de doce Ayuntamientos (Albacete, Barcelona, Bilbao, Madrid, Málaga, Murcia, Palma, Pamplona, Santiago de Compostela, Sevilla, Valencia y Zaragoza) con respecto a sus propios Planes de Movilidadcomparando varios indicadores relacionados con su oferta de transporte público, su red de vías ciclistas y calles peatonales o su nivel de contaminación y ruido, entre otros.

La capital vizcaína es la ciudad mejor valorada en movilidad con una puntuación de 6,9 sobre 10. Le siguen en segundo lugar Valencia (6,6) y en tercer puesto Barcelona (6,5). Las tres ciudades destacan por una apuesta decidida por los modos sostenibles, con medidas de gran calado que están permitiendo reducir el uso del coche y mejorar la calidad de vida de su ciudadanía.

En el otro extremo del ranking, las peores posiciones son para Santiago (4,4) y Albacete (3,7), dos ciudades que, aunque ofrecen condiciones favorables para los viajes de proximidad, carecen de Planes de Movilidad suficientemente precisos. En estas ciudades pequeñas es donde se abusa del coche para trayectos cortosque serían fácilmente realizables andando o en bicicleta.

Bilbao, Valencia y Barcelona encabezan la clasificación gracias a sus medidas para favorecer la movilidad a pie, en bici o en transporte público, frente a ciudades con mayor uso del coche como Pamplona, Palma, Santiago o Albacete, que suspenden en la clasificación.

Sevilla y Madrid obtienen una puntuación intermedia de 5,9 puntos. La ciudad andaluza destaca por sus buenos índices en los desplazamientos a pie y en bicicleta, mientras que Madrid ha lanzado buenas medidas como el Protocolo Anticontaminación o ‘Madrid Central’. Sin embargo, ambas ciudades requieren de otras acciones para reducir el uso del coche en su área metropolitana, con medidas como plataformas reservadas en los accesos desde otros municipios.

Le siguen en la clasificación Zaragoza (5,5) y Málaga (5,2) donde se observan avances en la buena dirección aunque requieren medidas más contundentes para mejorar. Ya en suspenso está Murcia (4,8), Pamplona (4,6) y Palma (4,6), donde el uso del coche sigue siendo mayoritario pese a los esfuerzos realizados.

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Gráfico: Greenpeace

El reto de la movilidad sostenible

Hace un año Greenpeace lanzó a diez ciudades (Albacete, Barcelona, Madrid, Palma, Pamplona, Santiago de Compostela, Sevilla, Soria, Valencia y Zaragozael reto de convertirse en “Ciudad Neopolitan” y ser así pioneras de una revolución urbana que hiciera sus municipios más sostenibles y mejorase la calidad de vida de sus habitantes, como una herramienta para luchar contra el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Para ello, debían poner en marcha cambios sustanciales en aspectos tan críticos para una ciudad como la gestión de residuos, la eliminación de plásticos de un solo uso, la contaminación, la movilidad sostenible o la alimentación.

«Las ciudades deben asumir los retos planteados en materia de movilidad sostenible tomando medidas valientes que pongan a los peatones —y no a los coches— en el centro de sus políticas, tal y como describen en sus propios Planes de Movilidad Urbana», ha declarado Adrián Fernández, Responsable de Movilidad de Greenpeace.

Con estos resultados, y dada la importancia que tienen hoy por hoy las ciudades en la lucha contra el cambio climático, Greenpeace demanda que las ciudades deben ser pioneras en la movilidad urbana sostenible. A las puertas de las elecciones autonómicas y municipales, Greenpeace exige responsabilidad a los grupos políticos y critica especialmente las posturas que abogan por eliminar medidas ya en marcha como ‘Madrid Central’, las ‘Supermanzanas’ de Barcelona o los carriles bici de Valencia, las cuales son necesarias para lograr los objetivos de sostenibilidad en las ciudades propuestos por Greenpeace.


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